Cerrar

El órgano y el violonchelo centran esta noche el Festival de Órgano

José Manuel Hernández y José Santos de la Iglesia interpretan a Vivaldi, Bach y Marcelo

Publicado por
m. á. nepomuceno | león
León

Creado:

Actualizado:

El órgano y el violonchelo vuelven a ser protagonistas del concierto de esta noche en la Catedral, a cargo de José Santos de la Iglesia, y José Manuel Hernández, quienes ofrecerán un programa poco habitual dedicado a Vivaldi, Marcelo, J-S. Bach y Gottfried.

La aparición en Amsterdam, en el año 1711, de la edición impresa del L-™estro armónico de Vivaldi supuso una verdadera conmoción en el ámbito musical europeo, señala el organista José Santos de la Iglesia. La obra del músico veneciano, con su equilibrada estructura, la claridad de su armonía, su fascinante y luminoso caudal melódico y su arrollador impulso rítmico, agitó las conciencias musicales, situando de nuevo a Italia, como así mismo ocurrió en tiempos de Monteverdi y Frescobaldi, en el país mentor de la creación musical.

J. S. Bach conoció las creaciones de Vivaldi durante su estancia en Weimar como músico de la corte del duque Wilhelm Erns, uno de cuyos sobrinos, Johann Erns, alumno de J. G. Walther y muerto prematuramente, fue un destacado compositor subyugado por el estilo veneciano. Esta música, atrayente y vivaz, provocará en el ánimo del joven organista una renovada tensión, que servirá para dotar de mayor espontaneidad y ligereza el heterogéneo lenguaje del futuro cantor de Santo Tomás. Bach se vale de la trascripción para ahondar y hacer suyo un sugerente procedimiento idiomático que le llega a fascinar.

Aunque llevó a cabo numerosas trascripciones de obras pertenecientes a otros conocidos músicos italianos, como Marcello o Albinoni, será a través de los conciertos de Vivaldi que Bach asimile algunos de los principios que fueron luego tan afines a su propia expresión musical, como la impronta rítmica y la flexibilidad melódica. En Weimar, Bach rivaliza con Walther en la traslación al teclado de conciertos pertenecientes a los maestros italianos. Las transcripciones para el órgano, un instrumento polifónico y singular, adoptarán una escritura propia cargada de eficacia musical, introduciendo nuevos y enriquecedores elementos y no dudando en modificar las texturas armónicas, en recrear la urdimbre que guía el contrapunto o en alterar la figuración afín a la cuerda, todo ello con el objeto de lograr una adecuación instrumental específica y satisfactoria. El contacto con la música italiana provocó en el futuro kapellmaister de Leipzig una poderosa impresión estética, que contribuyó a modelar, sin duda, su acabado idioma musical.

1397124194

Cargando contenidos...