«Estirpe de tritones» extiende la alfombra púrpura el día 22
La marinería leonesa, desternillante y anfibia, retoma su travesía en el Cinebox
El subtítulo lo dice todo: Estirpe de tritones II (más allá de ningún sitio). Y es que desde la más absoluta nada, desde la misma mitad de ninguna parte, vuelven los locos marinos leoneses a surcar los océanos. El próximo día 22 tendrá lugar la puesta de largo de esta película de Julio Suárez en el Cinebox de la capital, a las 22.00 horas en un pase con invitación, y a partir de ese día la película -”100% «de aquí»-” podrá verse, como cualquier otra, en las citadas salas ubicadas en el centro comercial Espacio León.
Recordemos la historia primigenia de estos Monty Python cazurros y desacomplejados. Un submarino de la Marina de Castilla y León había puesto rumbo a la Guerra del Golfo pero con tal mala pata y tan incompetentes pilotos que erró la singladura y acabó encallado en una isla desierta. Eso era lo que nos contaba Julio Suárez en Estirpe de tritones , aquel cortometraje de 1993 (duraba 20 minutos) que se convirtitó en una especie de filme de culto al que dar caza, primero en VHS, después vía Internet, para saborear y disfrutar en soledad o pandilla.
La segunda parte es ya una película en toda regla, con una excelente fotografía, sorprendentes efectos especiales y una música de gran calidad. Magín Mayo, Juan Carlos Pajares, Goyo Rodero y Felipe Zapico comparten cartel con Ramón Langa, Héctor Colomé o Miguel Palenzuela en una cuidada producción cuyos exteriores se han rodado en las playas asturianas de Llanes, en la montaña leonesa (las cascadas de los Forfogones de Cofiñal se transformaron en un insólito Caribe) y en el Bernesga capitalino, desde cuyas oscuras aguas emergió, durante un rodaje en febrero del 2007, la inquietante figura de un submarino: el Tritón II .