«Digan lo que digan, el amor no tiene edad, ni raza, ni ideas políticas»

Fue la adolescente hija del capitán Sierra (Miguel Ángel Solá) en Desaparecida y UCO, otra muchacha metida en líos en El castigo, la miniserie de Calparsoro; y una muchacha de 16 años enamorada de un maduro de 40 en la serie de Antena 3 90-60-90, que ha arrastrado cierta polémica por el asunto que plantea.

—La vida le sonríe. ¿Le ha costado llegar hasta aquí?

—No me puedo quejar. Pero no es fácil. Desde los 15 años estuve viajando por todo el mundo como modelo. Viví en Nueva York, Japón, Milán y París. Con 20 años decidí que no podía seguir así y me vine a España a hacer arte dramático. Son muchas pruebas las que tienes que pasar para hacer una película o una serie. Es bastante duro. La gente pinta este trabajo más fácil de lo que es.

—¿Se dedico a ejercer de modelo como medio económico o como paso a la interpretación?

—No. Yo tenía claro que quería ser actriz, pero me empezaron a salir estos trabajos de moda, por casualidad, porque me pararon un día por la calle, pero mi objetivo era prepararme para ser actriz. A los 18 años estaba viviendo en Nueva York, y me plantee que no podía pasar mucho tiempo más sin romper con la moda.

—Y ser modelo internacional también debe ser duro .

—Sí. Pasas sola mucho tiempo. Aunque mi madre me acompañaba, en los trabajos no consolidas amistad ni hay compañerismo con nadie porque te ves sólo unos días.

—Pero la belleza le ha abierto puertas.

—Para ser modelo sí, pero para interpretar la belleza no abre puertas en sí misma. He intentado formarme y todo lo que quiero es aprender. Con Miguel Ángel Solá fue maravilloso, lleva a la práctica eso que tanto se dice en la interpretación, que menos es más, porque qcon la mínima expresión puedes contar muchas cosas y transmitir. Trabajar con él ha sido un master.

—Le dan papeles de menos edad de la que tiene, En «90-60-90» aparece como una nueva Lolita, el mito de la adolescente sensual. ¿Cómo se ha sentido?

—En lo que se refiere a ligar con el hombre maduro, bien. Yo creo que el amor no tiene edad ni raza, ni ideología política. Un adolescente se puede enamorar perfectamente de una persona madura, igual que una madura de un adolescente. Parece que lo malo es la chica joven que se enamora de alguien de 40 años, mientras que a éste no se le dice nada. No.

—¿Qué le parece el proyecto de ley por el que una chica de 16 años puede abortar sin el consentimiento de sus padres?

—No sé por qué la gente pone en el grito en el cielo al hablar de una relación entre una persona madura y un adolescente cuando se van a aprobar leyes como esta y que permite el acceso a la píldora.