Diario de León

opinión | el invento del maligno

Fachas

Publicado por
josé javier esparza
León

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Lo ha dicho Mercedes Milá en una entrevista de I. Ochoa de Olano en esta misma cadena: «Mis detractores son fachas. Y como yo soy la antifacha -continúa doña Tolerancia-, pues me encanta». Interesante emanación. Un servidor, que ha criticado por activa y pasiva a Mercedes Milá por Gran hermano (no así, o no siempre, por Diario de ), debe de entrar en la nómina de «fachas». Dado que ya me ha llamado «facha» hasta el sursum corda, no es algo que a estas alturas me vaya a conmover. Pero, curiosamente, a quien ha conmovido el último mercedesmilazo es a sus críticos de izquierdas, que también son legión.

Me escribe un amigo: «A mí, personalmente, que me considero de izquierdas, me parece realmente lamentable. Creo que ningún crítico de televisión ha hecho mención en ningún momento a cuestiones políticas en dichos programas, más que nada porque (para bien o para mal) carecen de cualquier tipo de connotación política. Así que no sé cómo deberíamos tomarnos tales acusaciones. ¿Somos los de izquierdas idiotas porque, según esta gente, tragamos telebasura? ¿Son los de derechas los únicos inteligentes al criticarlos o son malas personas por ello?».

Es la reflexión inevitable ante una apreciación como la de esta señora. Y es una reflexión llena de consecuencias. Mercedes Milá tiene sin duda muchos defectos, pero la necedad, tan común en la televisión, no es sin embargo uno de ellos. De manera que es perfectamente posible interpretar esas palabras de la doña como una aseveración sincera. En efecto, ¿y si Mercedes Milá tuviera razón? ¿Y si el proyecto cultural de la izquierda española hubiera terminado reduciéndose a eso, a Gran hermano , o a la telesardá, o a Francino y Barceló recompensando a Jorge Javier Vázquez con un premio (¿por su contribución a la cultura?), como vimos en los Ondas? Uno casi se siente tentado de echar de menos a Jorge Semprún.

Seguramente mucha gente de izquierda se escandalizará por esto, pero que reflexione un poco: cuando tantas figuras, figurillas y figurones de la izquierda cultural pueden dedicarse a vaciar basureros sobre el público en nombre del progresismo, es que el progresismo español merecería, cuando menos, una revisión a fondo. ¿Qué puede llevar a Milá o a Vázquez a envolverse en la bandera del progreso para justificar el tipo de televisión que hacen? ¿Qué significan para esta gente las palabras «izquierda» o «progresismo»? Me gustaría que alguien de esa orilla me diera una respuesta. Mientras tanto, a la imprecación de Milá, yo, que soy de derechas de toda la vida, contestaré lo de Felipe: «constato que no me afecta».

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