El peor sitio posible

Opinión | verónica viñas

Q ue Valladolid reclame el Centro de Referencia Nacional de Patrimonio es, pongamos por caso, como si León demandara la Comandancia de Marina. Tan esperpéntico como el guión de los Tritones, del leonés Julio Suárez.

Y es que, objetivamente, Valladolid no tiene ni una Catedral gótica con el esplendor de las vidrieras de la leonesa, ni la «joya del románico» que es San Isidoro ni las excepcionales construcciones mozárabes de Santiago de Peñalba y San Miguel de Escalada o la mayor iglesia paleocristiana de Europa, Marialba de la Ribera. Por no citar también los restos romanos, incluidas Las Médulas. Cualquier provincia de la comunidad que no sea Valladolid tendría sentido que reclamara este centro. Lo que parece absurdo es que los grandes edificios históricos estén en ocho provincias y el centro se ubique en la única que carece de «currículum monumental». Previsiblemente, Valladolid se saldrá con la suya. Por algo los libros de texto ya la citan como «capital» de esta autonomía que es Castilla y, en último término, León.