«La parte más femenina de doña Victoria la he obtenido de mi madre»

Espontánea, soñadora y guapa, muy guapa, Ugarte triunfa en la pequeña pantalla con esta producción ambientada en los años 20 y también espera gustar con el primer trabajo de peso que ha hecho en el cine, `Castillos de cartón´, historia inspirada en la novela homónima de Almudena Grandes dirigida por Salvador García Ruíz que este viernes se instala en las carteleras. «Cuando leí el guión me asusté, pero estaba el reto de hacer un personaje tan distinto a Virginia, de formar parte de una historia tan potente. Me apetecía mucho cambiar», confiesa la vitalista intérprete madrileña.

—¡Menudo cambio!. Los seguidores de «La señora» se van a encontrar con una Adriana Ugarte muy sexual en «Castillos de cartón».

—Me presenté a las pruebas y conseguí el papel antes de que Salvador dirigiera La señora. Entonces pensé que a lo mejor se arrepentía. El dice que somos dos actrices distintas, todo un piropo que casi me hace llorar. Victoria y María José —una atractiva estudiante de Bellas Artes que inicia una relación sentimental con dos compañeros suyos, roles que encarnan Nilo Mur y Biel Durán— están en las Antípodas, viven en distintas épocas.

—El vestuario y el maquillaje siempre ayuda.

—Mucho. Si un día te pones una camiseta sexy, pues tu actitud es diferente. Estos elementos te ayudan a entrar en contacto con el personaje a nivel físico y, a partir de ahí empieza la construcción. Para Victoria me he documentado mucho y he tenido muchas charlas con la familia. La parte femenina de Victoria la he sacado de mi madre.

—¿Qué ha dicho Almudena Grandes del filme?

—No lo sé. Supongo que echará en falta cosas. No es fiel al libro, es una interpretación personal de Salvador, lo que me parece una propuesta más interesante.

—«Castillos de cartón» está ambientada en los ochenta. Usted nació en 1985.

—He trabajado este papel desde la inocencia. He visto la película dos veces, la última en el Festival de Valladolid, y me reí mucho. He puesto mucha emoción y entrega.

—Su personaje se entrega en cuerpo y alma en este triángulo amoroso ¿Y usted?

—También, pero me protejo más, a veces demasiado, y eso hace que me pierda cosas. A veces, María José me da pena porque se olvida de ella, de su carrera, pero a ella le funciona.

—¿Cómo ha sido la relación con Mur y Durán?

—No éramos un trío, sino un cuarteto porque Salvador siempre ha estado a nuestro lado cuidándonos y pendiente de todos los detalles. En un primer momento me pregunté si lo podría hacer. Cuanto terminé la primera temporada de La señora —en estos momentos se emite la tercera— me fui de vacaciones a Formentera y allí tomé conciencia. Volví con ganas de desnudarme. Soy muy pudorosa y tímida, no he hecho ni haré un reportaje sin ropa, pero quería sacar esta historia adelante. Por primera vez me desnudé en la playa y me sentí a gusto con mi cuerpo, algo que me preocupaba. Hemos rodado las escenas de sexo de manera muy libre. El cuerpo puede llevarte a límites muy profundos.

—En la película salen muy naturales, sin retoques.

—Yo voy sin maquillaje. No salimos como las estrellas de Hollywood. Si se ve la película bien, no se quedará sólo en el sexo. Además, el amor implica sexo y éste comunicación.