Diario de León

Kurt Savoy: «Nunca pensé que podría llegar a vivir del aire»

El músico, famoso por interpretar con sus silbidos la melodía de «La muerte tenía un precio», presenta esta tarde en El Corte Inglés de León su biografía, «Silbidos de gloria»

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cristina fanjul | león
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«Lo mío era el rock & roll. Me compré una guitarra eléctrica y ponía el contrapunto a las actuaciones de Machín y Antonio Molina», recuerda Kurt Savoy, que cumple este año cincuenta años de carrera. Hoy, el músico que se hizo famoso en todo el mundo gracias a melodías de películas como La muerte tenía un precio o E l bueno, el feo y el malo , presenta en León Silbidos de gloria , su biografía, y explica que cuando de niño soñaba con emular a Joselito para ayudar a sus padres no pensaba que llegaría un día en el que podría vivir del aire. «¿Que cuántos sonidos diferentes puede retratar con silbidos? No lo sé. Verá, en una ocasión, actuando en Marsella, dos guardias jurado me obligaron a bajar del escenario y mostrarles la boca porque no se creían que toda esa música la provocara sólo con aire». Savoy, cuyos silbidos pueden escucharse estos días en la Comédie Française durante la puesta en escena de El avaro de Moliere, repasa los 43 álbumes que ha grabado y asegura que el más laborioso fue el que le llevó a interpretar los grandes clásicos de la música española, como El concierto de Aranjuez. «Fueron dos años de grabación», dice, y añade que acaba de terminar un cedé en el que hace fusión de jazz y flamenco.

Y es que esas melodías orales le han llevado a Curro Savoy a protagonizar escenarios de todo el mundo y a compartir esla pantalla con grandes celebrities. Todos recordarán a Clint Eastwood -"a quien nunca a conocido-", pero hay muchos más. Hace algunos años, un anuncio de Chanel puso en labios de Vanessa Paradis los silbidos del músico de Andújar.

Incluso estuvo en León. «Fue antes de la muerte de Franco, en los años setenta, y estuve en un lugar precioso, en San Marcos», recuerda.

Los primeros años. Sin embargo, las cosas tardaron en enderezarse. «A los 9 años me fui a Madrid, y comencé a actuar hasta ganar un concurso de radio donde recibí como premio cien pesetas y un bote de Cola Cao», cuenta ahora con sentido del humor. Y es que sus principios fueron todo menos sencillos. Al poco de llegar a la capital, se hizo cargo de él un manager llamado Miguel Calderón de la Barca. Curro hacía de todo. Grabaciones en la radio, películas, publicidad... «En una de esas ocasiones, mi manager se retrasó y el dueño de la discoteca donde iba a actuar me pagó directamente. Cuál sería mi sorpresa cuando vi que el sobre contenía ¡18.000 pesetas!». Y es que el niño Savoy no recibía más de 700 pesetas por actuación.

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