Manipulación
El canal estrena esta noche un documental sobre los últimos planetas descubiertos y la posibilidad de que alberguen vida
Los potentes observatorios han abierto nuevos caminos al conocimiento del espacio.
El invento del maligno
E l otro día se celebraba el Día Internacional en Defensa de los Profesionales de los Medios de Comunicación, convocado por la Federación Internacional de Periodistas (FIP). Es uno de esos Días Mundiales que no sirven estrictamente para nada. Pero, al hilo de la convocatoria, los sindicatos de RTVE anunciaban una jornada de protesta como no se vivía desde los tiempos del PP. El lema de la concentración sindical tenía gracia: «No más equipos de investigación ni falsas entrevistas a Zelaya».
El enunciado de la pancarta probablemente resultará incomprensible para la mayoría de los espectadores, así que recordemos de qué va la cosa. Lo primero, lo de la investigación, hace referencia al terrible fiasco del pasado 28 de octubre, cuando a los informativos de TVE no se les ocurrió mejor cosa que avanzar la detención de un abogado de terroristas de ETA. Fue en Los desayunos de TVE . ¿Buenas fuentes, agilidad informativa, dinámica consecución de una exclusiva? Sí, claro, pero con un matiz nada desdeñable: resulta que la detención todavía no se había producido; TVE lo contó cuando el abogado en cuestión aún andaba libre. De hecho, el abogado fue puesto sobre aviso gracias a TVE y la indiscreción del canal público a punto estuvo de dar al traste con la operación. Tanto el Ministerio del Interior como la Audiencia Nacional protestaron enérgicamente.
En otro país, una metedura de pata de este calibre habría supuesto el inmediato cese de alguien; aquí, no, pero no por eso deja de ser objetivamente reprobable.
El segundo asunto, el de las «falsas entrevistas a Zelaya», alude a la inconcebible maniobra de Radio Nacional con el depuesto líder hondureño: un periodista entrevistó por teléfono a Zelaya, pero luego, al servir la información, la voz del periodista fue sustituida por la de Juan Ramón Lucas, como si la entrevista la hubiera hecho él. «Esto es engañar a los oyentes», dicen en Comisiones Obreras, o sea, en CC.OO. Y es verdad. Lo sorprendente es lo innecesario de la trapacería: ¿Tan importante era poner la voz de Lucas?
Al final, lo que aparece ahí es una tendencia demasiado extendida a manejar la información como si fuera fast-food, y eso es bastante triste.
Mientras los sindicatos van a lo suyo, el verdadero problema de TVE sigue estando en la problemática posición de su presidente, Luis Fernández, que ha anunciado su marcha de la casa -“dicen que a causa de su pésima relación con la vicepresidenta De la Vega- pero no termina de consumarla. ¿Cuestión de relaciones personales? No: Fernández está que echa las muelas con el nuevo modelo de financiación, que ni siquiera se le consultó. Eso también podían haberlo puesto en la pancarta.