Reportaje | marcelino cuevas
El bis de José de León
El artista pone el estrambote a su exposición del ILC en Ármaga
«Lo épico está en la exposición del ILC y el CLA. En aquellos grandes lienzos se esconden miles de mensajes, se ofrecen las más variadas interpretaciones de la vida. Son mis hijos mayores, esos que en algunos casos puedo dar en adopción, pero que no me gustaría vender. Aquí, en Ármaga, figuran pequeños juegos, ensayos con todo para aventuras de mayor calado. Pero también hay que hacer estas cosas que son de menor calado, pero que tienen todos los ingredientes que caracterizan a mi pintura».
Lo cuenta José de León, el pintor de Carbajal de Fuentes que, sin renegar de su tierra, se considera ciudadano del mundo. «Yo he pintado en París, en Berlín, en la India, en Madrid-¦Y en todos los sitios donde me he detenido durante un momento». Después de su espectacular desembarco en el Instituto Leonés de Cultura, y antes de que el espectador pueda digerir el impresionante cúmulo de historias pictóricas que el artista propone en esa colección de gran formato, el pintor llega a Ármaga con una muestra diferente de su trabajo.
Naturalmente, José de León muestra la misma caligrafía, sus obras se sitúan en idénticas coordenadas, pero tienen una mayor libertad, por algo las llama ensayos.
El Bosco leonés demuestra como en la pequeña superficie de un lienzo de no más de medio metro cuadrado, pueden convivir cien personajes, se pueden contar todas las historias necesarias para completar cada capítulo de una vida.
Largas procesiones de fantasmas blancos. Figuras orantes ante cruce clavadas en las encrucijadas de los caminos del tiempo. Rostros atormentados que trasladan al espectador a las pinturas negras de Goya. Personajes juguetones que se esconden en los recovecos de los espectaculares escenarios teatrales que el artista propone-¦
El pintor al que no aman las mujeres. Y todo al servicio de una historia que no tiene límites, que comenzó hace ya muchos años y que discurre de cuadro en cuadro y que mana incesante desde interior de este singular artista, de este personaje de novela, de este alma en pena que convive a diario con seres del más allá, con personajes perdidos en las brumas del tiempo pasado, y con algunos que le anuncian los acontecimientos del porvenir.
El pintor asegura que no le aman las mujeres, y quizá de esa soledad nazca esa magnífica vorágine pictórica.
José de León dice que se dedica a pintar con la dedicación de un anacoreta, y será verdad. Y afirma también que si un obispo, o el rey, o un sponsor generoso, le proporcionan un gran palacio, donará todas sus pobras para hacer un enorme museo, el gran escenario para la obra inmensa de un personaje que tanto pudo escaparse de un auto sacramental de Calderón, como de un cómic Moebius.
Resumiendo, José de León, sin repetirse, repite exposición, y en ella están, otra vez, todas sus pesadillas, todos los misteriosos personajes que forman su particular cosmología.
Lugar: galería Ármaga. Alfonso V, 6.
Horario: De lunes a viernes, de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00.