La Escuela de Música se suelta el pelo en el Auditorio

Siete músicos y veintinueve artistas a lo grande: actuarán, cantarán y bailarán, protagonizarán seis temas del mítico musical Hair, hoy en el Auditorio. Todos, de la Escuela de Música de León, todos, alumnos, dirigidos por Enrique Jiménez Asunción ((Kike Cardiaco), y con una característica común: la pasión por la música moderna en todas sus vertientes, el amor al espectáculo, el del sueño de verse artistas y, por supuesto, los nervios. «Hay algunos que es la primera vez que se subirán a un escenario y el del Auditorio es imponente. Pero, muchos, aunque no son profesionales lo parecen. Tenemos gente buenísima», asegura Jiménez.

El proyecto de Hair es una complicada obra, un musical inmenso, pero perita en dulce, sobre todo por el alto contenido en argumento y calidad musical, que daba forma al ideario de la obra teatral, película y posteriormente, musical de éxito desde hace más de treinta años. Y es que Hair fue un canto a la libertad que dejó el poso perdurable y de influencia que representaban los años del hippismo y que se reedita aún, en algunos casos como aspiración: la liberación sexual y de la mujer, la libertad, el pacifismo, el ecologismo incipiente-¦ En definitiva, había en Hair mucho de desafío a las normas impuestas y establecidas, y el movimiento hippy encontró en esta historia un referente cargado de canciones que luego han volado solas.

Con estas premisas, y con el trabajo de dos años, en dos cursos, en el área de Música Moderna de la Escuela de Música, Jiménez, como responsable del área y director de este proyecto, pretende dar continuidad a lo ya hecho hasta ahora, que es la nada desdeñable función de cuarenta minutos con seis temas del histórico musical, interpretados en rigurosísimo directo por los alumnos del centro municipal. Rigor en directo que incluso se verá con las imágenes proyectadas, auténticas referencias de la psicodelia que empapaba aquel movimiento y que serán lanzadas, en lo que ellos llaman cibergramas, por Toño Caminero, también responsable del proyecto y otro músico histórico leonés de los inolvidables La Fuga.

Ingenieros. De hecho Jiménez recuerda el dato de que muchos de los que participaron e impulsaron el movimiento hippy luego fueron también algunos los que lanzaron Silicon Valley, en lo que conecta a ambos en los planteamientos de la libertad llevada al extremo y el cuestionamiento de la propiedad de las clases dominantes o la inteligencia artificial. En definitiva, revolución para encontrar la libertad como tierra prometida.

Este Hair, made in León, también será por tanto un canto a la libertad, con el poso de una obra que lleva cincuenta años creando adictos a los sueños y que en el público produce los efectos nada secundarios de lo que es un gran musical: «Yo estoy entusiasmado con cómo sale y lo que la gente siente al verlo. Se emociona. Era algo que yo no tenía tan asimilado porque provengo de la música, pero cuando ésta va acompañada de elementos mediáticos, como la imagen y el baile, tiene un poder gigantesco. En junio se quedó gente en la puerta y este lunes (por hoy) espero que se anime el público», asegura Jiménez.

Himnos de los sesenta. Hasta entonces, ambiente post hippy en el Auditorio, mientras los alumnos de la Escuela de Música se sueltan el pelo y calientan motores para que suenen himnos como Aquarius, Let the Sunshine in, Good Morning Starshine-¦ Todo en manos de Jiménez, Caminero, y el resto del equipo técnico: Rut Marcos, Rosario Granell, Eva Frade, Abel Granel; y los artistas: siete músicos y veintinueve artistas con una única misión: garantizar que el cuelgue continúe. Y como esto es un sueño: lograr el Hair completo en un futuro no muy lejano. Y, por último, futuro habrá en forma de presente con los teloneros de lujo, también de la escuela, que animarán el cotarro con las actuaciones de Los Alevines I y Adultos Only.