¿Pero dónde están las entradas?

« Ya no quedan». Es la respuesta lacónica y algo nerviosa en la taquilla del Auditorio. La cola se amotina. «¿Pero dónde están las entradas?». El murmullo va en aumento. Termina llegando un coche de policía. Y, entre medias, la gente echa cuentas.

«Si el aforo es de 650 entradas, dan cuatro por cada persona que guarda cola y sólo han podido llevarse pases una docena de personas, ¿dónde están las seiscientas y pico que faltan?». El jaleo va en aumento por el comentario ingenuo de un chaval. «No, yo es que las tengo reservadas porque mi madre es amiga de no sé quién». Y para qué quieren más.

Desde la organización del I Festival Internacional de Montaña y Aventura Picos de Europa tienen una explicación, aunque es evidente que no se sienten muy cómodos dándola. Ellos también han echado cuentas. Pero sus sumas son diferentes.

«Sí, el aforo es de 650 personas y se han cursado unas 200 invitaciones». Doscientas más o menos, sin precisar número exacto. «No sé, no las hemos contado. Se entregaron las que pidieron».

¿Quién? «...Pues las envía en su nombre la excelentísima consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, la señora María José Salgueiro. Eso es lo que pone en la invitación».

Esas 200 invitaciones, que es la cifra que oficialmente reconoce la organización del festival, son las que han terminado, por protocolo, en las instituciones que participan en Raíces , el organismo oficial que gestiona el 1.100 aniversario del Reino de León. ¿Las otras 450? Uffff. «Una parte se pusieron en taquilla». Y la otra, entradas que se reservaron a través de la web del festival.

Resultado: que nadie sabe exactamente cuánta gente estará hoy en el Auditorio pero habrá una cosa clara, que los menos serán el público y los más invitados y autoridades. «Vamos, a hacerse la foto», sentencian en la cola.

De entrada, la organización ha decidido ya variar el sistema de distribución para los próximos días: en la taquilla sólo se darán dos invitaciones por persona. Y el año que viene, tal vez hasta se cobren.

Ayer, en la calle: «Que guarde cola Juan Vicente Herrera».