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El zorro sigue a sus anchas

El número de ejemplares es muy superior a lo que sería aceptable que, según los expertos, puede estimarse en una pareja cada quinientas hectáreas

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pedro vizcay | león
León

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Desde que concluyó la temporada de del jabalí, los cotos de caza ubicados en las comarcas con cultivos de regadío, y por tanto con maíz, están procediendo a solicitar batidas para el control de depredadores. Los descastes se dirigen principalmente hacia el zorro, cuya proliferación es notable en estas zonas. Las cacerías se ven favorecidas por la circunstancia de que las labores para la cosecha del cereal habían avanzado antes de las últimas lluvias. Sin embargo, en algunas zonas como en el Páramo Bajo, el campo está remanado de forma que resulta imposible cazar en condiciones. El pasado año a estas alturas gran parte del maíz había sido ya recolectado, pero en esta temporada las labores, en estas zonas, llevan un considerable retraso. La situación ideal se produce cuando quedan pocas hectáreas por recoger, ya que los cánidos se refugian en éstas y resultan mas fáciles de batir. Además una vez que salen del cultivo pasan a campo abierto lo que facilita el disparo y reduce los riesgos de accidentes de caza, accidentes que ya se han producido en las últimas batidas. A tenor de las observaciones de los cazadores parece que la población de estos cánidos es similar o ligeramente superior a la del pasado año. Conviene recordar en este sentido que las pasadas campaña, dada la abundancia de topillos y el hecho de que el zorro es un gran depredador, apenas se concedieron permisos de descaste. La abundancia resultaría en todo caso muy superior a lo que sería aceptable y que según los expertos podría estimarse en una pareja cada quinientas hectáreas.

El pasado fin de semana se dieron algunas batidas, pero será a partir de mañana sábado cuando se intensifiquen las cacerías. Entre cinco y seis zorros de promedio se vienen matando en cada batida. Las estimaciones que se realizan sobre la eficacia de los descastes vienen a demostrar que apenas se consigue eliminar un 30 % de la población de zorros. Además basta que en uno de los cotos aledaños no se realicen descastes para que los animales colonicen en poco tiempo las zonas batidas, pues es evidente que no se puede poner puertas al campo. Dentro de los maizales es relativamente fácil batir al zorro siempre que se disponga de perros adecuados, pero existen otras zonas donde resulta mucho mas difícil. Las riberas de los ríos, con abundancia de vegetación y los montes de robles o de encinas son un refugio casi inexpugnable en el que se guardan cuando llega la primavera. También en los lugares con bodegas caídas donde les resulta más sencillo excavar madrigueras en las que las hembras ocultan a su prole, cuyo número depende de la posibilidad de obtener alimento. El domingo pasado en Campo de Villavidel, aprovechando que el río Esla bajaba desbordado y que los cánidos estaban desplazados de sus márgenes, se eliminaron seis zorros de los más de doce que fueron vistos y que consiguieron eludir el perdigón.

El sostenimiento de las poblaciones cinegéticas de un acotado depende en buena medida de la eliminación de alimañas. Curiosamente la mayoría de los animales abatidos son machos, lo que da a entender que las hembras estarían criando en las madrigueras. El hecho de que se vean algunas crías confirmaría esta teoría. La hembra, antes de parir, prepara una nutrida despensa para alimentarse durante varios días y alimentar a su prole. El pasado año al excavar una madriguera en la que se había metido un perro, aparecieron incluso cabezas de lucio, pese a que el río quedaba a varios kilómetros de distancia. El oportunismo del zorro le lleva a recoger los peces que los pescadores abandonan a la orilla del río diversificando así su despensa.