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BALONCESTO. LIGA LEB-ORO

León se autoderrota en Cáceres (82-59)

Aranzana ganó la partida a De Grado en un choque en el que el pésimo inicio y una mala defensa condicionó el devenir del pulso. Y para colmo, la lesión de Iturbe que debilitó el juego interior leonés

Rocchia y Bernabé se interesan por el estado de Iturbe.

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Á.o. | cáceres
León

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Baloncesto León sufrió una dolorosa derrota en su visita al Pabellón Ciudad de Cáceres. El resultado final del choque, 82-59, da fe de lo desnivelado que estuvo el encuentro. A los visitantes, sin duda, les pasó factura la ausencia de sus hombres importantes, así como la lesión que sufrió durante el partido Iturbe. Los de Javier de Grado no estuvieron metidos en el partido y se resintieron del golpe desde el inicio. León no tuvo una buena primera mitad. Desde el arranque del partido los hombres de De Grado salieron poco enchufados y sin acierto ofensivo. A pesar de las alternativas, no fijaban al adversario y tampoco dominaban el rebote. Con lo que segundas opciones casi siempre eran para el Cáceres. A los tres minutos el conjunto extremeño lideraba con 6-2, y tan sólo Rocchia y Iturbe acertaban a mantener al cuadro leonés en el partido. La inspiración de Lucio Angulo -11 puntos en este parcial- y el dominio del rebote entre Naymick, Taggart y Angulo fueron aumentando la ventaja local hasta llegar al 22-12 con el que finalizó el primer periodo.

Tras el minuto en el banquillo, el conjunto visitante pareció salir más metido. Una canasta de Humphrey y una buena defensa ante una penetración de Berzins denotaban reacción. Pero fue un mero espejismo. Puesto que un parcial de 7-0 para los de Gustavo Aranzana permitió que el Cáceres doblase en el marcador a los de De Grado, que se vio obligado a solicitar tiempo muerto. Aunque de nuevo el tirón con los menos habituales sólo duró un par de minutos. Otro parcial, esta vez, de 9-2 con siete puntos de Sanguino alejaba casi definitivamente a los leoneses de la lucha por el partido. Gracias a que, al menos, en la línea de tiros libres mantuvo un digno porcentaje y por ahí no se fue mayor desventaja en el electrónico. Una antideportiva a Antelo en los últimos minutos pudo haber marcado mayores diferencias, pero el base Carlos Cherry no acertó desde el 4,60 y la acción posterior acabó en manos de Baloncesto León (42-23).

Tras el paso por vestuarios, quedaba poco margen para la reacción. Sin embargo, el cambio de actitud e intensidad necesitaba rápidas prestaciones. La respuesta inicial por parte del cuadro leonés fue un rápido intercambio de canastas, con Bernabé, Humphrey y Schraeder replicando el trabajo de Naymick, Taggart y Francis Sánchez. Pasaban los minutos y la diferencia seguía rondando los veinte puntos. Los cambios defensivos y la alternancia en los sistema de los de Javier de Grado no daban fruto, y el Cáceres asestó la estocada final con un parcial de 15-0 que dejaba las cosas, no cuesta arriba, sino imposible (66-36), minuto 28. Ni los cambios en la rotación ni tampoco las defensas alternativas urdidas por De Grado eran el antídoto ante un enrachado Cáceres, capaz de lo mejor y de lo peor en cada partido. Con los treinta puntos de diferencia ambos técnicos dieron tiempo a los menos habituales.

Se entraba en el último cuarto con 69-41 y todo decidido. Al menos, el dato positivo para los leoneses fue el triunfo parcial en el periodo final, con un parcial de 0-10 en los últimos instantes y que sirvieron para dejar la diferencia del 82-49, a tres minutos del final, en el 82-59, que sólo sirvió para maquillar los guarismos. Puesto que León pierde de esta manera el basket average frente a Cáceres 2016, y ve como los extremeños se sitúan a una victoria a falta de siete jornadas para el final de la liga regular en la LEB-Oro.