El borrón
Sin afanes polémicos martín
No fue precisamente buena la jornada. Apenas si Reale Ademar salvó los muebles con su pobre victoria frente al Amicitia, cuya principal bondad ha sido la clasificación en el tercer lugar del grupo, importante para los cruces de la fase siguiente de la Liga de Campeones. Baloncesto León y Cultural sufrieron derrotas, abultada la del Baloncesto, impresentable la de la Cultural, vapuleada, perdida durante todo el encuentro, firmando una humillante derrota ante el colista Compostela, dejando un borrón en la página de la jornada.
Y es que no se puede jugar peor. Sin orden ni concierto; con una defensa que hizo agua por todas las partes, con un centro del campo donde apenas Chema Mato dio señales de querer, pero no pudo, y en la delantera Omar luchó pero no tuvo su día y Jito fue un náufrago buscando posibilidades de gol que al final encontró, pero cuando ya era tarde. Un pésimo partido y una vía de agua abierta en la línea de flotación del barco culturalista. Preocupante. Mazazo que vuelve a dejar obnubilado al equipo. Mucho y bien tendrá que trabajar Uribe para evitar el naufragio. Los culturalistas sólo lucharon para estar de pie, porque no se adaptaron al pesado y resbaladizo terreno de juego (tal parecía que ni siquiera habían dado con los tacos necesarios para sus botas) resbalando y besando el césped a lo largo y a lo ancho del partido, mientras los de Compostela se encontraban como pez en el agua. Cuatro goles, cuatro, que contaron con la amplia complicidad en su logro de la cobertura de la Cultural. Un borrón, en suma, en la página, poco blanca, del equipo. Y una densa niebla que urge despejar, para evitar males mayores.
Baloncesto León perdió en Cáceres de paliza. Pasó la línea negra de los veinte puntos de diferencia; pero tiene razones para cubrir su mal partido: la ausencia de Urtasun y la lesión sufrida de Iturbe. Dos contrariedades importantes, con gravitación negativa, para una plantilla ya de por si corta. Habrá quien acuda a la fácil secuencia: El maestro Aranzana dio una lección al discípulo De Grado. Injusto a todas luces; porque Javi está haciendo una muy buena labor y una muy buena temporada. Ahí están los números para demostrarlo. Ese sexto lugar en la clasificación, que conserva, a pesar de los pesares... Una mala tarde la tiene cualquiera.
Reale Ademar fue la luz débil de una lamparilla de aceite, en la negrura de la jornada.