FÚTBOL. PRIMERA DIVISIÓN
El Madrid aleja los fantasmas (1-4)
Higuaín y Cristiano Ronaldo tumban a un Valladolid que ya huele a Segunda
El Real Madrid respiró. Los fantasmas de la Champions no se trasladaron a la Liga, donde los blancos mantienen el liderato tras imponerse con claridad al Valladolid. Los de Pellegrini sumaron los tres puntos sin necesidad de buen fútbol ni de avasallar a su rival. Quien esperara una salida en tromba o enrabietada de los merengues se decepcionaron. Al Madrid le bastó aprovechar su gran pegada, personalizada en el hat-trick del discutido Higuaín, para superar a un timorato Valladolid, que nunca creyó poder hacer daño a los blancos.
Dudas, incertidumbre y, sobre todo, mucha expectación. Eso es lo que generaba la visita del Madrid al José Zorrilla. Cualquier amante del balompié se preguntaba cuál sería la actitud de los blancos tras el varapalo de la Champions y las rencillas creadas en el vestuario a raíz de la eliminación ante el Lyon. Directiva y afición examinarían muy de cerca la actitud y el comportamiento de cada jugador. También del técnico chileno. Pellegini dejó a Guti, uno de los más críticos tras el choque europeo, en el banquillo. La manija del equipo volvió a ser para Xabi Alonso. Higuaín y Cristiano formaron la línea de ataque toda vez que Kaká se quedó en la capital por una contractura muscular.
El Valladolid saltó al campo sin miedo, dispuesto a hurgar en la herida blanca y aprovecharse de su nerviosismo. Y el Madrid se asustó. Quizás sorprendido, quizás con la cabeza todavía en otras batallas estériles, el caso es que los de Pellegrini estaban desaparecidos. Con Ronaldo más apático de lo que en él es habitual, no perdió la seriedad en el rostro en ningún momento, los blancos se quedaron sin desborde. Granero y Van der Vaart no llegaban por las alas. Higuaín se aburría persiguiendo la pelota.
El Madrid fue poco a poco tomando conciencia de lo que estaba en juego: la Liga. Y el partido se calentó. Ronaldo, en su obsesiva lucha contra el mundo, se encabezonó en conducir el balón y ante la imposibilidad de culminar con éxito sus aventuras, pagó la frustración con una patadita absurda a Marquitos sin balón. El colegiado ignoró la acción para enfado mayúsculo de la grada y Onésimo. Poco después, Nivaldo dejó los tacos en el extremo portugués en otra jugada merecedora de expulsión, pero que Mejuto no vio.
Así las cosas, con los decibelios del José Zorrilla en aumento, y la ausencia de fútbol, el Madrid marcó de la única manera que podía hacerlo: a balón parado. Cristiano Ronaldo colocó en la escuadra una falta lanzada magistralmente. El Valladolid, ofuscado, intentó irse al ataque, pero las prisas no ayudaron. Justo antes del descanso, Higuaín mandó a la red una buena falta lanzada por Van der Vaart. El tanto psicológico fue una losa para los locales, que vieron alejarse su sueño de puntuar ante el Madrid. Y en la segunda parte los de Pellegrini pusieron la puntilla ante un riv al ya a la deriva