balonmano. final de la copa del rey
Como en el Palacio pero con acento andaluz
Era como jugar en casa pero con mucho color verde en la grada (el de la camiseta del Antequera) y con acento andaluz. Eliminado su equipo a las primeras de cambio, la afición malagueña se decantó claramente por el Reale Ademar y lo «adoptó» como suyo para la Copa del Rey. Se hermanaron con las decenas de aficionados que viajaron desde León y formaron una marea roji-verde que llevó en volandas al equipo cuando peor lo estaba pasando. Realmente es para agradecérselo y para reconocérselo. «!Que bote, que bote el pabellón!» rugía el Fernando Argüelles cuando corría el minuto 17 y Doder ponía al Reale Ademar por delante por primera vez. «¡Arriba, arriba!» coreaban a cientos con los brazos elevados al cielo.
Como de bien nacidos es ser agradecidos, al final el presidente del Ademar reconoció tanto respaldo. «Les he dado las gracias a su alcalde y al concejal de Deportes. Ha sido un placer absoluto estar aquí y ojalá que estén muchos años en la liga Asobal. La ciudad de Antequera ha contribuido mucho a que esta sea una de las mejores Copas del Rey que se ha visto en muchos años. Su equipo cayó a las primeras de cambio pero en las tres jornadas el pabellón estuvo a rebosar. Eso tiene un mérito extraordinario».
Jordi Ribera también dio las gracias. «Nos hemos sentido como en casa. Ha sido una experiencia maravillosa estar aquí. Nos hubiese gustado brindar con ellos y con toda la afición del Ademar que vino aquí por esta Copa del Rey».