Diario de León

Reportaje | Miguel Ángel Tranca

Dos maestros de altura

Fernando Romay y Martín Ferrer enseñan a una treintena de niños leoneses las virtudes del baloncesto, un deporte que les ha hecho grandes. Es uno de los actos de «Ciudades Adecco», que llega a León

Romay hizo las delicias de los niños con su habitual simpatía.

Romay hizo las delicias de los niños con su habitual simpatía.

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«El baloncesto hay que quererlo y disfrutarlo. Ganar es importante pero también apreciar todo su encanto». Esas premisas son las que ayer intentó inculcar uno de los grandes iconos de este deporte en España, Fernando Romay. El ex internacional y hoy dedicado desde su retiro activo del baloncesto a inculcar a los más pequeños los valores de un deporte «en el que crecí como jugador y persona», dice, fue el encargado ayer junto a todo un emblema en Baloncesto León y en la actualidad coordinador de la cantera, Martín Ferrer, de impartir el clinic a una treintena de niños con el que se daba el pistoletazo de salida al programa Ciudades Adecco, que tras su paso por Ourense y Tarragona este fin de semana hace escala en León.

El Pabellón Universitario Hansi Rodríguez fue el escenario de una clase magistral que por espacio de más de hora y media sirvió a los que en un futuro serán estrellas y jugadores destacados de baloncesto -”quién sabe si algunos protagonistas de nuevas tardes de gloria del equipo de su tierra, Baloncesto León-” para aprender de dos grandes maestros sus trucos, mejorar movimientos y adquirir conocimientos indispensables a la hora de afrontar partidos y rivales. Cómo dar un pase lo suficientemente efectivo para que el compañero pueda culminarlo en canasta, saber colocarse para coger un rebote, encarar a un rival y poder superarle.... estas y otras facetas de juego fueron protagonistas de una tarde de diversión.

«El objetivo es pasárselo bien y que esos treinta niños se aficionen un poco más con nuestra presencia y palabras al baloncesto» afirmaba Fernando Romay, uno de los protagonistas del clinic.

«Lo que no vamos a conseguir es que en una hora y media los chicos consigan la formación suficiente para jugar en la NBA y defender a Pau Gasol. La idea es que pasen un rato agradable con nosotros, que sea una actividad lúdica aunque con el necesario rigor formativo» continua el ex jugador que, junto a otro poste como Martín Ferrer, se encargó de poner en escena un clinic que tiene a León como ciudad pionera, ya que ni Ourense ni Tarragona, las otras dos «Ciudades Adecco» lo albergaron en su día. Para Romay, «esta primera fase de formación de los chavales es un poco aburrida, porque tienen que ir repitiendo movimientos y adquiriendo conceptos de juego. Esa es la labor, muy importante y que hay que reconocer en todo su valor, de los entrenadores que están con ellos día a día. En una actividad como esta se trata más de divertirse y creo que lo hemos logrado. Lo que en su edad importa es transmitir les los valores del baloncesto, ese buen rollo que todos los veranos vemos en los jugadores de la selección española y que tantos éxitos ha dado a nuestro deporte en los últimos años. Transmitir esos valores ha sido uno de los objetivos de este clinic».

Martín Ferrer, con experiencia en estas lides (no en vano es el coordinador de la cantera de Baloncesto León), era de la misma opinión. «Lo primero es que los niños disfruten de lo que hacen. El baloncesto, como deporte que es, tiene diferentes vertientes. Una es la competitiva, para la que se preparan para los entrenamientos. El aprendizaje es también importante tanto a nivel técnico y físico, lo mismo que el hecho de que disfruten haciendo baloncesto. Para poder llegar arriba además de las condiciones técnicas y físicas debes apreciar lo que haces, en suma, disfrutar».

Precisamente eso, disfrutar es lo que hicieron la treintena de niños y niñas leoneses de la mano de dos grandes jugadores y personas, Romay y Ferrer. Tanto que alguno hasta les pidió que la clase fuera más amplia en el tiempo o que se repitiera esta experiencia.

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