El Sevilla, en caída libre (3-0)

El Villarreal sentenció al Sevilla en una gran primera parte, con un juego rápido y eléctrico, frente a un Sevilla espeso y que lo intentó pero que no pudo nunca meterse en el encuentro (3-0).

Los castellonenses se meten de lleno en la lucha por Europa, mientras que el Sevilla sigue complicándose sus opciones de Liga de Campeones.

El partido era clave para Villarreal y Sevilla, ya que de ganarlo, les devolvía la alegría y la opción de seguir luchando por Europa.

Los locales lo afrontaban ante su enésima opción de meterse de lleno en la lucha europea y los andaluces por volver a puestos de liga de campeones y romper su tendencia negativa. A todo ello se sumaba además el estreno de Antonio Álvarez al frente de los de Nervión, como técnico.

Y con ello la primera parte evidenció con claridad que los locales salieron muy metidos y con más fútbol que su rival. Y es que los primeros cuarenta y cinco minutos fueron vibrantes, para un Villarreal que logró dos goles y que incluso pudo hacer más.

El Sevilla se vio superado por la rapidez y el juego directo de sus rivales y sufrió y mucho en cada perdida de balón.

Y es que la posición de Nilmar en banda, en el equipo de Juan Carlos Garrido, descolocó desde el principio el juego defensivo de los de Antonio Álvarez, que desde el primer minuto se vieron superados.

Ya a los tres minutos Palop había tapado un gran disparo de Ángel y a los cinco Nilmar ya había roto a la defensa del Sevilla para ceder el primer gol a Rossi.

Tras este gol lejos de tranquilizarse, el Villarreal siguió apretando y cada robo de balón significaba una contra clara y de peligro. De esta forma tras un chut de Llorente que volvió a parar Palop, otra vez Nilmar se inventó un centro medido a la cabeza de un Llorente, que no perdonó el segundo.

Segundo gol en veinte minutos frente a un Sevilla que tocaba atrás y que no aparecía arriba, y al que solo le quedaba el recurso del balón largo a Luis Fabiano, como única opción de ataque. Antes Capdevila remató fuera de cabeza el que pudo ser el tres a cero y Rossi solo ante Palop perdonó por dos veces otra vez un gol cantado a los treinta y cinco minutos.

Los segundos cuarenta y cinco minutos pudieron haber cambiado y mucho el signo del partido, si Luis Fabiano hubiera superado en un mano a mano a Diego López a los tres minutos, pero el portero del Villarreal salvó con una gran parada esa jugada y desbarató la posible reacción andaluza.

Y es que el Sevilla dominó y tuvo la pelota durante todos los segundos cuarenta y cinco minutos, pero esa fue su mejor opción. El Villarreal esperó y marcó Pires el tercero.