El Hispania termina su primera carrera en la F-1 con Chandhok

T odavía no tienen presupuesto ni experiencia para festejos como el de McLaren, que vistió a todo su personal con una llamativa camiseta naranja en honor del triunfo de Button y del patrocinador principal de la escudería. Pero en el Hispania la felicidad también tenía razón de ser, aunque no color corporativo. El equipo español llegó a su primera meta en la F-1. El indio Chandhok entró en los anales del automovilismo español. Su último puesto en Albert Park fue celebrado en el Hispania Racing Team con el mismo entusiasmo que McLaren, cincuenta metros más allá y con Chandon en las copas de sus empleados. No había champán entre las huestes españolas, sino una serena satisfacción por el puerto escalado: «Estamos muy contentos con el resultado. Este es, sin duda, un paso más. Vamos creciendo cada vez que los coches salen a rodar», apuntó Carabante, el hijo del dueño de la escudería.

El día había amanecido entre sombras y esperanzas en el campamento del Hispania. La lógica inquietud por la falta de kilómetros de dos coches en la F-1 y la ilusión de las horas sin dormir que habían procurado avances en los monoplazas. «No hay razón para que alguno de los dos coches no llegue a la meta», se escuchaba en el garaje una hora antes de la carrera. Chandhok alcanzó la bandera a cuadros después de un proceloso trayecto, a cinco vueltas de Button. El brasileño Bruno Senna se quedó en el camino por un problema hidráulico. «Se lo dedico a todos los mecánicos e ingenieros que han trabajado para el equipo consiguiendo dar así otro paso más adelante».