Diario de León

fútbol. primera división

El Madrid vence a medio gas (0-2)

Los blancos recuperan el liderato para afrontar el clásico al imponerse a un voluntarioso Racing de Santander con un fútbol gris y anodino

Tchité (c), salta a por un balón con el centrocampista malí del Real Madrid, Diarra (d).

Tchité (c), salta a por un balón con el centrocampista malí del Real Madrid, Diarra (d).

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d. valera | santander
León

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El Madrid recuperó el liderato y no se desgastó en exceso de cara al decisivo choque ante el Barça. Los blancos se impusieron a un Racing con más corazón y ganas que fútbol. Los de Pellegrini mostraron su versión más gris y anodina, pero también efectiva. Un chispazo de Cristiano Ronaldo y un pase magistral de Guti fueron suficientes para superar a los cántabros de un Canales tan voluntarioso como irregular, que fue de más a menos al igual que sus compañeros .

Los blancos llegaron al Sardinero con la presión de la victoria del Barcelona ante el Athletic. La obligación de sumar los tres puntos se hacía imprescindible. Ante la ausencia de Xabi Alonso por acumulación de amarillas, la dirección del equipo recayó en Gago y Diarra. Pellegrini sorprendió al apostar por una pareja inédita esta temporada y dejar a Lass en el banquillo. También recurrió a Metzelder en el centro de la zaga.

En el Racing todos los ojos estaban puestos en Canales. El futuro jugador blanco dio muestras de su calidad durante los primeros 45 minutos, es decir, mientras le duró el físico. Canales estuvo participativo, atrevido, con movilidad y desparpajo, e incluso dispuso de la mejor ocasión de los locales con una vaselina tras una fallida salida de Casillas que estuvo a punto de ser gol.

Pero el buen tono de Canales era extensivo a todo el Racing. Los cántabros, a seis puntos del descenso, plantaron cara a las estrellas galácticas con rigor táctico, un gran repliegue y velocidad en la contra con dos balas como Munitis y Tchité. El Madrid se movía con un ritmo lento que sólo se aceleraba cuando el esférico llegaba a las botas de Cristiano. El portugués volvió a pecar de individualismo, aunque compensó su abuso en la conducción con la jugada que significó el penalti. El propio Cristiano se encargó de transformar la pena máxima.

En la segunda mitad, el Madrid sí que empezó a pensar en el choque ante el Barcelona. Por lo menos eso se desprendió de la actitud pasiva y complaciente de los blancos. El Madrid mantenía el control de la pelota, pero sin profundidad. La ausencia de Xabi Alonso se hizo más que evidente. Los merengues cayeron en la irregularidad de juego criticada por su técnico y que en el choque ante el Barça puede pasarles factura.

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