fútbol. tercera división
Más sombras que luces
El Huracán Z se queda a un punto de la fase de ascenso, el Atlético Bembibre arroja la toalla en el inicio de la segunda vuelta, el Atlético Astorga cumple su objetivo y la Cultural B pierde la categoría
Finalizada la competición regular del grupo VIII de la Tercera División, los equipos leoneses cierran la temporada con más sombras que luces, siendo el Atlético Astorga el único que cumplió el objetivo trazado al inicio de la competición.
El Huracán Z también ha realizado una buena temporada, aunque no lograra alcanzar su objetivo. Su irregularidad en casa, dejó escapar 23 puntos, ha sido determinante para que el club trepalense no ocupase una de las cuatro primeras posiciones del grupo. Nueve victorias, siete empates y tres derrotas son su bagaje en el Nuevo Estadio de San Andrés. La llegada de Antolín Gonzalo, que sustituyó a Luis Cembranos como técnico del conjunto huracanista, revitalizó al conjunto de Trobajo del Camino, aunque al final le faltó un punto para conseguir su objetivo.
El Atlético Bembibre también quedó lejos de su objetivo inicial, aunque en la recta final de la competición logró maquillar su temporada y hacerse con la séptima posición final.
A pesar de que sólo siete puntos separaron al conjunto berciano de los puestos de privilegio, sus opciones de clasificación para la fase de ascenso quedaron cercenadas cuando faltaba un tercio de competición.
El Atlético Astorga fue el único equipo que cumplió con creces al conseguir con nota alta la permanencia en la categoría.
El conjunto maragato siempre estuvo en los puestos cómodos de la tabla, no pasando en ningún momento apuros ni ocupando puestos de alto riesgo a lo largo de la competición, ocupando la undécima posición a quince puntos de los puestos de descenso.
La Cultural B volvió a ser la mayor decepción de los equipos leoneses. Si la temporada pasada ocupó plaza descenso condicionado tras la caía del Real Valladolid B, recuperando la plaza tras lograr el Palencia su ascenso a la categoría de bronce, está campaña volvió a las andadas y firmó su descenso, ocupando además el farolillo rojo del grupo tras una segunda vuelta caótica.
Una mala planificación, una plantilla que se fue desangrando por lesiones y otras causas, unos entrenamientos de escasa intensidad con ausencias de los jugadores más importantes, la indiferencia de los máximos responsables de la entidad, la falta de seguimiento de la progresión de los futbolistas provocada por la ausencia de forma sistemática del secretario técnico al tener fijada su residencia en Aranda de Duero, y las decisiones técnicas tomadas por su entrenador a lo largo de la temporada fue un lastre demasiado pesado para un equipo que regresa a la 1.ª División Regional de Aficionados trece temporadas después acompañada al mismo grupo por el Salmantino.
