Diario de León

fútbol. la ambición azulgrana

La Liga no sacia a Guardiola

El técnico catalán ya trabaja en un nuevo proyecto con Villa y Cesccomo grandes objetivos y la Liga de Campeones en el horizonte

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p. ríos | barcelona
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«N o puedo olvidar que el sábad o teníamos que estar en un sitio en el que no estaremos. Os debemos una y esta gente no falla». La frase de Pep Guardiola en la fiesta de celebración, micrófono en mano, señalando a sus jugadores con una mano y mirando a los 98.000 espectadores que le prestaban atención, no tiene desperdicio. Uno: confirma que seguirá como entrenador del Barça sea quien sea el nuevo presidente. Dos: demuestra que la palabra que dio para renovar no era una cortina de humo aunque en su momento pareció una postura de urgencia para evitar el culebrón de su continuidad en mitad de la temporada. Y tres: revela ambición deportiva, ganas de mejorar, dolor por no disputar la final de la Liga de Campeones en el Santiago Bernabéu.

Una hora después de conquistar su segunda Liga consecutiva, el séptimo título en sólo dos años como entrenador del primer equipo, Guardiola ya pensaba en el futuro. El de Santpedor no pierde el tiempo lamentando el horrible arbitraje del portugués Olegàrio Benquerença, el amigo de Mourinho, en la ida de la semifinal ante el Inter. Sabe que fallaron más cosas que se pueden y deben mejorar. Profundizó sobre el tema en la rueda de prensa posterior: «Estamos en deuda con la afición por su apoyo incondicional tras la eliminación eurpea. Para el año que viene intentaremos hacer el mejor equipo posible». Ayer lunes ya se reunió con el secretario técnico, Txiki Begiristain, para sentar las bases del futuro inmediato.

Guardiola no es tan tozudo para no ver la evidencia. Ibrahimovic fue titular en los dos partidos ante el Inter y suplente en las cuatro últimas jornadas de Liga, cuando el gol era como oro y ganar, imprescindible ante el acoso del Madrid. El sueco se estrelló con su estilo de «9» clásico ante el equipo italiano, confirmó que el ritmo de juego del Barça no le va y abrió la puerta definitiva a David Villa. El asturiano ya fue el objetivo número uno azulgrana de la pasada temporada, pero el caos directivo en el que estaba sumido el Valencia y el hecho de que Eto-™o sólo aceptara irse al Inter propició la carambola de que Ibrahimovic, el segundo o tercero de la lista (¿Rooney?) acabara llegando al Camp Nou.

Dudas sobre Ibrahimovic

A Guardiola no le disgustó la llegada del sueco, pero un año después sabe que transformarle es casi imposible. Aunque seguirá siendo un «9» de una gran calidad que echará una valiosa mano en determinados momentos (le quedan cuatro años de contrato y su venta es una quimera por su alta ficha), el deseado es Villa. Nadie como el Guaje para dar profundidad al juego de Xavi, Iniesta y Messi.

Y de los dos primeros, para más aval, es compañero de selección. La negociación vuelve a estar en marcha, es pública y hay indicios de que esta vez tendrá una resolución meteórica por motivos electorales. Laporta deja la presidencia el 13 de junio y necesita presentar un regalo al lado de su delfín, el candidato Jaume Ferrer. Y Villa quiere irse al Mundial la próxima semana con su futuro definido.

La llegada de Villa encajaría con el adiós de Henry, apagadísimo esta campaña, se sospecha que cuidándose para el Mundial. Pe ro cuesta cree que el francés vaya a perdonar el año de contrato que le queda, excelentemente pagado. El club filtró durante toda la semana su marcha al fútbol estadounidense para que la gente le despidiera, pero Tití no dio ni una pista.

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