«Hemos subido para quedarnos»

Ponferrada continuó ayer con la fiesta que desencadenó el partido del domingo ante el Sant Andreu, que supuso el regreso de la Ponferradina a Segunda División cuatro años después de lograr su primer ascenso a la categoría de plata del fútbol español.

Como entonces, ayer fue el día elegido para que la ciudad entera rindiera homenaje a la plantilla blanquiazul. El equipo recorrió la ciudad en una góndola totalmente decorada con banderas de la Deportiva camino a la plaza del Ayuntamiento, donde fueron recibidos por la corporación municipal.

Poco antes de las ocho de la tarde, la comitiva blanquiazul partía desde el estado del Toralín acompañada por un buen número de jóvenes seguidores que cantaban y bailaban al ritmo de la megafonía de la caravana. A medida que se iban acercando al centro de la ciudad, la expectación crecía a ambos lados de la calle, hasta llegar a la plaza de Lazúrtegui, donde alrededor de un millar de aficionados esperaban a su equipo.

Desde allí, y ya rodeado por cientos de personas, el camión que transportaba a los blanquiazules emprendió rumbo hacia la zona alta de la ciudad, donde crecía el nerviosismo ante la inminente llegada de la plantilla del ascenso.

Apoteosis blanquiazul. La llegada a la plaza del Ayuntamiento, caminando a través de un pasillo abierto entre las cinco mil personas que la abarrotaban, fue una auténtica apoteosis en blanco y azul. Banderas, bufandas y camisetas se fundieron mientras sonaba el himno de la Ponferradina, seguido por el «We are the champions» de Queen.

La salida de los jugadores al balcón del consistorio fue recibida al grito de «A Segunda, oé» y no faltaron alabanzas para el gran protagonista de este ascenso, Ian Mackay. Incluso, el maestro de ceremonias ironizó sobre la posibilidad de que, dentro de nueve meses, muchos bercianos concebidos durante la feliz noche del domingo lleven el nombre del portero gallego de la Ponferradina.

Tras los discursos del alcalde, Carlos López Riesco, el presidente del club, José Fernández Nieto, y el entrenador, José Carlos Granero, llegó el turno para los jugadores, que uno a uno fueron dejando sus consignas, que el público hizo suyas.

Así, Rubén Vega optó por repetir sus palabras de hace cuatro años: «Sí, sí, sí, la Ponfe ya está aquí», y sentenció: «Esta vez hemos subido para quedarnos». Otros, como De Paula, agradecieron el apoyo de la afición tanto dentro como fuera del campo: «Aquí he vivido las tres temporadas más bonitas de mi vida deportiva. Todos habéis hecho posible cumplir el sueño por el que yo aposté cuando vine aquí. Ahora os digo que el año que viene vamos a ser la sorpresa de la Segunda División».

No faltaron, como es habitual en estos casos, los que encaminaron sus intervenciones por el lado jocoso, como Candela, que emuló al Pepe Reina de la plaza de Colón con su petición de «¡Una de champiñones!». Víctor Salas coreó con toda la plaza un sentido «El año que viene jugamos en el Plus», mientras que hubo quien se acordó del eterno rival blanquiazul, como Jonathan Ruiz: «Aunque al presidente no le gusta que lo digamos: El año que viene no vamos a León» o Teo, que hizo saltar a toda la plaza al grito de «Es cazurro el que no bote». Yuri, por su parte, puso la samba brasileña con el «Rap das armas».

El más emocionado fue el canterano David Álvarez, que no encontraba palabras: «Si pudiera hablar lo haría, pero esto es la hostia, no se ve todos los días. Deportiva, oé». Otro de la cantera, Rubén Alba, celebraba su segundo ascenso del año, después del logrado con el filial blanquiazul: «Esto ha sido por todos vosotros. Esperamos volver pronto». Adrián Novo, exultante, sentenció: «Con esta afición y este equipo, dentro de poco cantaremos: Este equipito es de primera».

Ofrenda a la Virgen. La Deportiva pondrá fin a los festejos por el ascenso con la ofrenda a la Virgen de la Encina, que tendrá lugar en la Basílica a las 20.00 horas y contará con la presencia de toda la plantilla, cuerpo técnico y directiva.