Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Opinión | Domingo shankly

Aveces cuando conquistas agónico la cima, tras la euforia desatada, el tiempo se detiene de repente y se abre una ventana al ensimismamiento desde la que indagas cómo y por qué has llegado hasta ahí. Yo nunca le pregunté a mi padre por qué éramos de la Deportiva. Ni siquiera ahora. Y eso que el año que viene cumplirá 80, perennemente cabreado, por cierto, porque el club le asignó el carné de socio número 28 cuando realmente debe ser de los diez primeros fieles vivos del equipo.

Pero tras el delirio he pensado que tal vez esa inextricable pasión blanquiazul tenga que ver con el párvulo placer de que tras los partidos en el antiguo Santas Martas siempre hubiera palomitas de maíz en El Plantío. Con que cada noche de domingo me arrodillara ilusionado a los pies de mi viejo con el transistor Marconi de dos kilos pegado a la oreja para escuchar la sintonía de Vallalfons con las últimas de la Deportiva -"sintonía que yo creía originalísima hasta que un día descubrí con rubor que se trataba del Barras y Estrellas-" . O con que mi hermano y yo hiciéramos mediante la clasificación que publicaba un pionero de los gratuitos, El Peñalba , nuestros ejercicios extraordinarios de memorización y geografía del Noroeste: «Alondras, Celanova, Turón, Cambados, Rayo Cantabria...».

Puede que ese sentimiento bicolor este asociado también a la congoja que se apoderaba de uno cuando dejaba atrás Fuentesnuevas por la puerta del bar Cubeto, sabedor de que acechaba ya el lunes de instituto. O al varapalo del no ascenso ante el Erandio. O no sé si será, acaso, porque los sábados universitarios en Madrid rozaban el clímax cuando la tribu blanquiazul desembarcaba en la capital y acabábamos en un garito de Malasaña al grito de ¡Deportiva-Deportiva!, ensayando coros para Ciudad Pegaso, Moscardó o incluso Ávila. Puede además, aun resultando algo triste, que la Deportiva haya sustituido muchos silencios y abrazos no dados entre mi padre y yo de los que sólo me arrepentiré realmente cuando no haya remedio. O que haya alentado asimismo discusiones pueriles con muchos amigos o con mi propio hermano, un tipo moderado por naturaleza y de profesión contable, que sin embargo necesitaría una corrección de mil dioptrías para reconocer un fuera de juego de Rubén Vega o Jhonatan Valle. Creo, en fin, que necesitaba poner todo esto por escrito para que cuándo la Deportiva conquiste otra cima -"por difícil que hoy pueda parecer-" no tenga que volver a autopsicoanalizarme.

tracking