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josé carlos granero | entrenador ponferradina| «este partido no ha servido absolutamente para nada»

«Este partido no ha servido absolutamente para nada»

Granero, ayer en el Toralín, siguiendo el choque

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francisco otero | ponferrada
Ponferrada

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El entrenador de la Deportiva realizó un balance del partido, destacando que ya nadie estaba centrado en el choque y que tampoco estos dos partidos van a ser decisivos sobre el futuro de nadie: «El partido ha tenido poca historia. No ha servido para nada. Se tiene que jugar, pero no hay nadie por la labor de hacerlo y a los jugadores ya les cuesta meterse en tensión y en faena. No ha pasado nada en el encuentro; era un partido claro de 0-0. La mente y la cabeza estaban en otro sitio. No ha habido agresividad ni tensión. La vuelta tampoco va a demostrar nada. Las decisiones sobre el futuro de los jugadores se toman con trayectorias de once meses y en partidos determinados. También teniendo en cuenta la nueva categoría. No voy a cambiar mi opinión sobre ningún futbolista por estos dos partidos. Ha sido una semana de fiesta en la que no pensamos en fútbol, entrenamos muy poco y se ha visto nada más empezar. No había intensidad ni interés. Lo mejor ha sido el homenaje a Fuentes y la fiesta. Pero nadie me tenía que demostrar nada y nadie se jugaba nada para quedarse o no quedarse».

El técnico también se refirió a la despedida a Fuentes, que se llevó a cabo en el minuto 70: «Se merecía este homenaje. Es un profesional intachable; un gran profesional y ha ayudado mucho. Lleva en la vena la Deportiva. Ha sido fundamental en la cohesión e implicación del equipo y en llevar al vestuario adonde queríamos. Se merece esto y más. Ojalá le vaya bien en su nueva etapa. Es un tío muy entero y con las ideas muy claras».

Granero volvió a referirse a las decisiones de cara a la próxima temporada, con la salvedad del gallego: «No vamos a hablar de descartes. Lo de Fuentes es un caso especial. Ya habíamos comentado los dos que se quería despedir de su gente. No le podíamos hacer ese feo. Era necesario que se despidiese como Dios manda. No hubiera sido elegante no dejarle despedirse de su afición».