Entrevista | lenier domínguez | g.m. y ex campeón del mundo de partidas rápidas
«Necesito un buen resultado en un gran torneo para confirmar que sigo en la élite»
Según la lista Elo y los resultados obtenidos en los últimos torneos Leinier Domínguez es el gran maestro cubano más fuerte desde que Capablanca ostentó el máximo título. Con 27 años es uno de los grandes talentos de la élite internacional que desde hace dos años es miembro del club de los 2.700 puntos Elo. Un hecho que, sin embargo, no le hace inaccesible o escurridizo, muy al contrario, es un jugador sumamente afable, educado y que toma el ajedrez como la gran pasión de su vida aunque otros intereses también le ayuden a enriquecerse cultural y espiritualmente. Su victoria en el torneo Ciudad de Barcelona 2006, con 8 de 9, supuso una performance de 2.932 puntos Elo, algo pocas veces igualado. Sus resultados en 2008, 2009 y Corus-Wijk aan Zee 2010 han confirmado que su instalación en la élite es más que merecida. Dada su excelente preparación teórica y la sangre fría que siempre exhibe, todo indica que permanecerá largo tiempo por encima de la barrera de los 2.700 puntos Elo. Sus mejores resultados los ha obtenido en el Mundial sub 18 2000: Plata, 1º, Memorial Capablanca 2004: 1.º Campeonato del Mundo 2004: 5.º; Ciudad de Barcelona 2006: 1.º, Memorial Capablanca 2008: 1.º, Sarajevo 2008: 2.º Biel 2008: 2.º Mundial de Rápidas 2008: 1.º Corus-Wijk aan Zee 2009: 5º. Así mismo, ha obtenido la victoria en el campeonato cubano en tres ocasiones, 2002, 2003 y 2006.
Leinier es un héroe en su país y las cadenas de televisión han hecho numerosos reportajes sobre su vida. En el 2008 se le pudo ver en el documental que la televisión cubana realizó sobre su vida titulado Leinier 2700 , donde se relata su carrera y se le entrevista a él y a sus familiares sobre su carrera deportiva. Fue precisamente en ese mismo año cuando conquistó el primer lugar en el torneo Capablanca in Memoriam y el segundo puesto en el torneo de la ciudad de Sarajevo. Además, se adjudicó el título mundial de ajedrez relámpago. En la Olimpíada Mundial de Dresde finalizó invicto con seis puntos en diez partidas.
Aunque es un jugador sumamente correoso, su juego tiene ese toque incisivo que le convierte en un peligroso rival para cualquier jugador por fuerte que sea.
Esta es la primera vez que juega el Magistral leonés y cayó derrotado en la segunda semifinal por un Aronián que se mostró demasiado conservador. Aunque, a decir verdad, ninguno de los dos fue un dechado de ambición, más bien el respeto mutuo y el conservadurismo unidos a unos graves apuros de tiempo, algo que Lenier siempre ha dominado con soltura, le llevaron finalmente contra las cuerdas y terminó perdiendo la cuarta partida, última de éste duro encuentro, que no le dio opción de recuperarse. Lástima, ya que sus miles de seguidores hubieran querido verle en la final hoy a Gelfánd.
«Ya me he acostumbrado a sufrir de esta manera. Dijo en la rueda de prensa de ayer. De hecho, no estoy descontento de cómo he jugado este duelo. Pero, en ese tipo de posiciones, es muy difícil no cometer un error, tarde o temprano», manifestó.
Lo cierto es que la cuarta y decisiva partida de este match, ha sido la más larga de la historia del Magistral y Domínguez estuvo durante más de ochenta jugadas, defendiendo una posición sumamente comprometida en la que un desliz le hubiera llevado de inmediato a la derrota.
«Fue demasiado estresante», dijo al final, «porque la tensión se fue acumulando a lo largo de muchas jugadas y eso no es bueno ni para el mente ni para el organismo».
Encuentro tenso pero aburrido. Lo cierto es que los espectadores permanecieron alejados, de la sala a medida que el tiempo transcurría, debido más a lo maniobrero y técnico de la posición de damas y alfiles de distinto color que a la infartante presión del tiempo. Sin duda se batió un record en el Magistral, el de la partida más larga, ya que 161 jugadas no son habituales en este tipo de eventos ni en ninguno.
En reciente entrevista para Radio Rebelde, Leinier manifestó que «en ajedrez de élite lo principal es el trabajo constante, con seriedad y dedicación, una vez que se tiene la idea de cómo hacer las cosas en el entrenamiento. Yo no he tenido torneos malos desde hace más de dos años, aunque unos resultados fueron mejores que otros, por supuesto. Eso es importante para subir el Elo y mantener una línea ascendente».
Leinier ha entrenado últimamente con el gran maestro húngaro Peter Leko, quien ya ha jugado en el Magistral de León hace varios años. A él le debe, tal vez, su tremenda mejoría en los resultados últimos como él mismo ha reconocido: «El tiempo que estuve con Leko, primero en Hungría y después en México, fue muy importante en mi carrera. Sobre todo porque me dio muchas pistas de cómo prepararme mejor. ¿Secretos?, no los hay. Simplemente, son detalles de cómo manejar las rutinas para un torneo inminente o a más largo plazo. Con Leko aprendí muchas sutilezas».
«Necesito más apoyo». Mientras la mayoría de los Grandes Maestros de la élite tienen un grupo de asesore» que los acompaña en sus torneos principales Lienier buscó otra fórmula basada en crear un grupo de trabajo «con el fin de que me ayude, porque la mayoría de los principales ajedrecistas cubanos son mis amigos y están dispuestos a colaborar sin cobrar un centavo», afirma.
«Es una ventaja que tenemos en Cuba sobre los demás países. Sin embargo, no he podido concretarlo, pues por simple que parezca el proyecto, se requiere la ayuda del Inder y otras instituciones. Pero sin embargo las atenciones del Inder con el ajedrez son muy escasas. Además, tengo el reconocimiento que implica ser elegido entre los mejores deportistas de Cuba durante los últimos tres años. Pero muchas veces falta sensibilidad para entender mis preocupaciones. Al torneo de Sofía, por ejemplo, no pudo acompañarme el Gran Maestro Aryam Abreu, quien es mi entrenador desde hace tiempo, porque nunca apareció el dinero para su pasaje. Confieso que me costó asimilarlo. ¿Se imaginan a Dayron Robles de gira sin su preparador?, cuestiona.
Pata Leinier Domínguez, el joven Magnus Carlsen, número uno del ranking mundial, es su bestia negra en los grandes torneos y eso, a la larga, puede crear un estado de ansiedad que cuando se sienta enfrente de él su contrario comience con una ventaja añadida psicológicamente importante. Sin embargo para el gran maestro cubano «estas derrotas frente a él no son el resultado de problemas psicológicos, sino ajedrecísticos.
«Se trata de un jugador extraclase como Anand, Aronian, Topalov o Kramnik. Es tan fuerte que no puedes equivocarte porque te va a ganar, eso es seguro. Yo he tenido buenas posiciones contra él y estuve cerca de ganar al menos dos veces, pero he pifiado en la materialización. No es fácil vencerlo, porque se defiende bien. Hasta cierto punto ha tenido suerte. El pasado año en el torneo de Biel, por ejemplo, me equivoqué en una jugada clave porque tenía poco tiempo, tampoco es que las tablas cayeron del cielo, ni mucho menos. Generalmente, Carlsen me ha sorprendido, aprovechando quizá que mi repertorio es más reducido y resulta más fácil prepararse contra mí. Pero he tenido oportunidad de vencerlo».
«La psicología ayuda pero no lo es todo, puntualiza.
En vista de estos resultados con Carlsen Lenier ha intentado jacer una preparación sicológica que, según él no le ha servido de mucho. «Una vez, en un entrenamiento en la UCI, hubo un psicólogo que trabajó con nosotros. Él atendía a la gente de tiro, pero le gustaba el ajedrez y nos dio algunos consejos. La psicología es importante, aunque uno siempre se resiste a esas cosas. Me parece que basta tener una filosofía general que te permita recuperarte ante las derrotas y no afligirte demasiado sin sentido», comenta.
Para Domínguez, sus mejores resultados han sido las tablas con Morozevich en Sarajevo que le permitieron superar los 2700. «También la partida final en Almaty, frente al egipcio Amin Bassem, porque sabía que si vencía, era campeón mundial, aunque fuera en rápidas. Y la del Capablanca, pues significó ganar un torneo después de dos resultados no tan buenos. Además, escuchar los aplausos del público fue muy emocionante. Como a los peloteros cubanos después del primer Clásico Mundial. Ya me he creado una imagen de élite. Antes era un extraño allí y ahora llevo un año manteniéndome. Pero no pienso mucho en eso. Mi meta es ganar un supertorneo. Estuve cerca en Biel y Wijk aan Zee, así que voy en camino» concluye.