Mundial de Sudáfrica 2010 | Cosas de los mundiales
El barrilete cósmico
Aseguran los entendidos en fútbol que la diferencia entre un buen jugador y un crack radica en que el fenómeno elige siempre la mejor opción con la pelota, mientras que el otro no. De esta forma ha generado su propia mitología el argentino Diego Armando Maradona, un artista que era capaz de devorar metros y rivales en sus frenéticas galopadas, responsable de goles para exhibir en un museo. Llegado el año 1986, México se convierte en el primer país que organizaba por partida doble la Copa del Mundo. El calor agobiante del verano sudamericano tuvo que ver, sin duda, con récords tan negativos como el del paraguayo Cayetano Re, primer técnico expulsado en el transcurso del partido frente a Bélgica. Más fulminante fue la actuación del uruguayo José Charly Batista, mandado a la ducha por el árbitro a los 56 segundos del encuentro disputado contra el once de Escocia. Por seguir con las notas negativas, el choque entre Francia y Brasil resultó especialmente nefasto para los «10» de cada equipo. El carioca Zico falló un penalti en el primer tiempo, mientras que el galo Platini marró el suyo en plena prórroga, justo el día de su cumpleaños.
Tampoco anduvo listo el árbitro Brambridge en el España-Brasil, pues no concedió un tanto de libro a Michel por entender que el balón no había llegado a traspasar la línea de meta. De la mano de Butragueño, portada en toda la prensa deportiva por sus cuatro goles a Dinamarca, los nuestros volaron alto, hasta que la maldición de los penaltis nos condenó en el habitual turno de cuartos de final. Uno de los partidos más inolvidables en la historia del fútbol es el Argentina-Inglaterra, aprovechado por Maradona para convertirse en toda una leyenda gracias a sus dos tantos, el primero logrado de forma ilegal con la mano. En cuanto al segundo, dribló desde su propio campo a cuantos contrarios le salieron al paso y marcó uno de esos goles de ciencia-ficción que serán recordados para siempre. El «Barrilete cósmico» capitaneó a los suyos a la victoria final ante Alemania por 3-2, en un partido con toda la liturgia de las grandes solemnidades.