Diario de León

ciclismo. tour de francia

Pacto de no agresión

Sylvain Chavanel logra la victoria después de una larga escapada de casi doscientos kilómetros y un final de etapa prodigioso

El francés Chavanel circula por un tramo del peligroso pavés en territorio belga.

El francés Chavanel circula por un tramo del peligroso pavés en territorio belga.

Publicado por
Benito Urraburu | spa
León

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El peligro ronda en cada recodo de estas carreteras estrechas, mojadas por la lluvia, con adoquines -los de hoy, camino de Arenberg serán peores- llenas de rotondas, de bordillos que no se ven entre la penumbra de un día gris, típico del verano de este país. ¡Estamos en Bélgica!

El francés Sylvain Chavanel, un veterano de 30 años, ganó la etapa, se colocó el maillot amarillo, el verde y realizó 195 kilómetros escapado, buena parte de ellos acompañado de otros siete corredores. El tramo final, el más complicado, lo cubrió en solitario. En 2008 ya había ganado otra etapa del Tour.

En estas carreteras en las que cualquier pequeño detalle en contra se convierte en un drama, hubo múltiples caídas, lo que hizo que el pelotón principal quedase destrozado. Los ciclistas iban cómo buenamente podían, enganchados a su amor propio más que a la bicicleta. Venció Chavanel y su triunfo no debe de ser empeñado por nada, pero lo cierto es que contó con el beneplácito del pelotón, que cuando se cayeron los hermanos Schleck, ralentizó su marcha.

Todo sucedió en la montaña más alta de Bélgica, Stockeu, con 509 metros de altitud. En su bajada las cunetas se poblaron de ciclistas que resbalaban sobre el asfalto y se iban al suelo. Hubo un parón, el pelotón se cortó. Andy y Frank Sckleck se quedaron tirados, a tres minutos del grupo de cabeza en el que iba el líder, su compañero Cancellara. Armstrong, Contador y Basso también tuvieron que perseguir. Lo de ellos no era grave, pero de lo de los Schleck, sí. Le pueden agradecer a Cancellara el comportamiento que tuvo.

Si él no para los ímpetus del grupo que mandaba en la etapa, el Tour se hubiera quedado sin dos aspirantes al triunfo a las primeras de cambio. Para Lance Armstromg, más humano que nunca, «era evidente que había que parar. He visto a corredores cada dos metros al lado de la carretera, heridos, retorciéndose de dolor.Parecía la guerra. Todo el mundo estaba tirado».

En la etapa de ayer el asfalto estaba en muy mal estado y se paró: hubo uno de esos pactos no escritos que rigen en un pelotón que se mueve según el aire que sopla. ¿También hoy se van a parar sí hay una caída antes de entrar el primer pavés? Veremos a ver qué pasa hoy sí el que tiene problemas es el máximo favorito, el español Alberto Contador.

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