Diario de León

fútbol y corazón. la boda de baptista y su novia berciana

Como en un cuento

La bella berciana Silvia Nistal contrae matrimonio con «la Bestia» Baptista. Cubillos se vacía para ver casar a su vecina en Madrid

Baptista y Silvia, a la salida de la iglesia, ya como marido y mujer.

Baptista y Silvia, a la salida de la iglesia, ya como marido y mujer.

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León

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Igual que en el cuento, la bella Silvia Nistal y la Bestia , apodo con el que se conoce al jugador de fútbol Julio Baptista, contrajeron matrimonio el viernes en la parroquia de la Concepción de Nuestra Señora de Madrid.

La fiesta, sin embargo, comenzó el jueves. El ex jugador del Real Madrid aprovechó para mostrar a sus muchos invitados el Santiago Bernabéu, donde jugó varias temporadas. Después, en el Real Café Bernabéu, situado en el propio estadio, tuvo lugar el cóctel de amor , una celebración a la que no faltaron ex compañeros del brasileño, como el centrocampista del Arsenal, Cesc Fábregas.

A las siete de la tarde del viernes, fue el párroco de la basílica de La Encina, Antolín de Cela, el encargado de oficiar la ceremonia, a la que asistieron no pocos bercianos. Cubillos del Sil, el pueblo de la novia, casi se vació para acudir al evento de su ciudadana más internacional.

A la ceremonia siguió la gran fiesta de celebración en La Quinta del Jarama, cuyos jardines acogieron al amplio elenco de invitados, que iba desde los anónimos habitantes de Cubillos del Sil a las rutilantes estrellas del fútbol mundial, como Cesc, y del mundo del espectáculo, como David Bustamante o Poti.

El convite estuvo a medio camino entre España y Brasil, tanto en la animación como en la gastronomía y en la bebida. El propio Baptista no dudó en lucir sus dotes como cantante, dedicándole una canción a su flamante esposa acompañado de una banda de músicos llegados desde Sao Paulo para la ocasión.

Y terminado el festejo, llegó la hora de la luna de miel, que llevará a Silvia y a Julio, la bella y la Bestia , a las paradisíacas playas de las Islas Maldivas. Allí, el jugador brasileño descansará de un ajetreado verano que comenzó en Sudáfrica, pasó por Cubillos del Sil y terminará en Italia, Inglaterra o Grecia. Eso sí, comiendo perdices.

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