Adiós al genio incomprendido

Guti cerró ayer 24 años en el Real Madrid, alejado del ruido que generaban sus polémicas, con una despedida emotiva pero muy íntima, que significó el adiós al genio incomprendido, el futbolista con más calidad técnica que ha nacido de la cantera blanca. La carrera de Guti ha entremezclado siempre el virtuosismo de un futbolista con una visión única en el pase en España, con la cara de chico malo que muestra en acciones de indisciplina. Es lo que provocaba la exigencia máxima de la afición del Bernabéu. Los silbidos que tanto le dolían y que en las últimas temporadas han acabado siendo aplausos.

Guti ha trasladado al Madrid el extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, capaz de aparecer cuando menos se le espera, echarse el equipo a sus espaldas e inventar pases de tiralíneas para sacar la mejor cara de sus compañeros, como de borrarse de un partido que tiene cruzado, auto expulsarse y enfrentarse a la prensa. Es lo que ha provocado sus ausencias en las finales. Pero Guti ha sido en el Madrid y en el fútbol lo que ha querido. Por calidad técnica debió ser un internacional indiscutible, pero su cuenta se cortó en 15 partidos. Desde el primer día que no esté Guti, el madridismo añorará su privilegiada visión de juego. Sus pases imposibles.

Todos, hasta los que le silbaban por su indisciplina, al final reconocen sus virtudes. La magia del 14 se apagó. El Besiktas turco es su nuevo reto.