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Entrevista | sergio scariolo | seleccionador nacional de baloncesto

«Pau era el líder reconocido de este equipo, dentro y fuera de la pista»

El listón está muy alto. Pepu Hernández dejó una España campeona del Mundo en la última edición. Desde que Sergio Scariolo cogiera las riendas del equipo en 2009, el conjunto na

El entrenador nacional de baloncesto Sergio Scariolo.

Publicado por
J.M. Cortizas | Madrid
León

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Tranquilo. Así se presenta Sergio Scariolo a la cita. No parece que le pase factura que el cronómetro apure la recta final de su cuenta atrás camino del inicio del Mundial. De hecho, la cuidada imagen del entrenador italiano, que establece el rumbo de la selección española de baloncesto, dificulta conocer su estado real de ánimo. Como si se tratara de un tahúr dispuesto a jugarse sus fondos, sus gestos y reacciones apenas aportan información sobre la mano que puede llevar.

Se reconoce igual de calmado ante la empresa que le espera a su equipo: defender el título mundial conquistado cuatro años atrás en Japón. En aquella ocasión, Pepu Hernández hizo pivotar la gesta en torno a la figura de Pau Gasol. La estrella de la NBA estará en Turquía, pero tras la barrera y limitada su aportación a los comentarios televisivos. Su sombra es evidente, pero no le confiere pálpito lúgubre alguno al equipo que ha montado Scariolo con inequívoca vocación de medallista. La entrevista con el seleccionador fue realizada días antes de la lesión de José Manuel Calderón, una baja por la que el italiano ha asegurado sentirse «triste y cabreado».

-Ha llegado la hora de la verdad.

-Sí. Es un desafío muy atractivo. Intentaremos actuar al máximo nivel ante una competencia de grandísima calidad. Llevamos un muy buen equipo. La idea es entrar en la competición muy fuerte y físicamente bien, que es el problema que tuvimos el año pasado en el Eurobasket.

-Usted fue tajante al erradicar cualquier atisbo de que la ausencia de Pau Gasol sea canjeable como excusa.

-Si no está, no está. El énfasis hay que ponerlo en los que están. Sabemos que tenemos menos talento que respecto al equipo del año pasado. Habrá que generar más fallos del rival para poder correr más aún, ya que en ataque estático no tendremos su referencia, el darle la pelota con la seguridad de que pasará algo. A nivel de motivación, debe ser un estímulo muy fuerte para todos.

-Un éxito sin el jugador franquicia, ¿aumentaría la importancia del sello del entrenador?

-El problema de la personalización del éxito lo he resuelto hace bastantes años. En un deporte de equipo no hay éxitos personales. Con Pau o sin él, se trata de ganar una medalla. Siempre quieres tener a los mejores jugadores para probarte con ellos, pero hasta ahí.

-Una selección rezuma calidad. Y también egos. ¿Se gestionan peor las individualidades que en un club?

-La compenetración y la capacidad de controlar cada uno su ego en pos del bien colectivo es uno de los temas clave en la vida de un grupo. Una personalidad fuerte conlleva un nivel alto de autoestima, pero no hay que luchar contra ello, sino coordinar la convivencia de esos egos. Este grupo tiene buena capacidad natural para suavizar los efectos negativos de los egos. La función del entrenador puede ser positiva al unir, pero hay casos en los que ha desunido. Mi concepto de la gestión del grupo es que todos, incluido el entrenador, formamos parte del mismo. Hay buena sintonía.

-Sin Gasol, ¿cambiará la jerarquía?

-Sin duda, Pau era el líder reconocido de este equipo, dentro y fuera de la pista. Hay más jugadores que se pueden hacer respetar no sólo metiendo canastas, sino sabiendo qué decir, qué hay que hacer o evitar. Los hay con experiencia, como Navarro, Garbajosa, Mumbrú, o Reyes; y otros más jóvenes, como Marc Gasol o Rudy, que ya han adquirido un nivel de experiencia suficiente; y otros más jóvenes aún, como Ricky y Llull, con un nivel de humildad, inteligencia y madurez especialmente alto.

-¿Cómo interactúa con el grupo?

-Cada vez me gusta más escuchar. Pero para que te digan lo que realmente piensan y no lo que quieres escuchar, primero tienes que sentar una base de confianza, lealtad, honradez, de mirarte a los ojos recíprocamente. Esta fase está ya conseguida y con ello son los jugadores los que te dan los argumentos para que sepas qué teclas tocar. La teoría está muy bien, pero si la bola no entra...

-Recuerde cómo se oscureció el panorama en el arranque del Eurobasket de Polonia.

-Estuvimos fenomenal en la calidad del trabajo hasta que empezaron los problemas físicos. Rudy y Garbajosa no jugaron, Navarro lo hizo infiltrado, Pau no entrenó nunca con el equipo y Ricky estaba en el momento del bajón tras solucionar su culebrón veraniego. Estamos hablando del quinteto titular. Si le sumas la tensión de casi la obligación de hacer algo que nunca se había hecho, el resultado fue unos primeros partidos dubitativos. Tuvimos que mirarnos a los ojos para decirnos que no podíamos estar protegiéndonos ante un posible fracaso. Así no podía haber alegría, no había chispa. Luego, hubo malinterpretaciones externas en la mayoría de los casos, como los hechos se encargaron de demostrar.

-¿Les sirvieron los problemas para cerrar filas?

-No, en absoluto. A veces, las mentiras que se pueden decir o escribir pueden ayudar a aumentar la solidaridad hacia el afectado. En ese caso, la capacidad meritoria del grupo fue la de aislarse, pasar olímpicamente de todo y de estar muy pendiente de lo importante que es lo que se hacía en la cancha. Si uno sabe por qué salen o no las cosas, no le hace falta leer o escuchar a los que están haciendo otra guerra que no tiene nada que ver con la nuestra

-¿Cree realmente que hay guerras paralelas?

-Lo veo como un factor externo al que no hay que dar ninguna importancia. Por una vez que puedan aportar algo positivo, noventa y nueve no aportan nada o incluso pueden aportar algo negativo. Tengo un gran respeto para todo el mundo, pero tengo claro que mis referentes en el trabajo son mis jugadores y mi cuerpo técnico, nada más. He pasado por todas las etapas y he estado muy pendiente de lo que se dice, pero llega un punto en el que hay que diferenciar las percepciones.

-¿Percibe interés en que descarrile el tren que guía?

- En los países latinos, cuanto más éxito tenga uno, la componente de envidia o de que más ruido hace uno cuando cae de más alto, son cosas que existen, forman parte de lo social. Es una razón más para pensar que hablamos de otra guerra ajena a nosotros.

-Sólo queda que confirme el objetivo para Turquía.

-El sueño que tenemos todos es el de ser campeones. El objetivo, ganar una medalla, que sería estar en la excelencia del baloncesto mundial. Es lo que corresponde al nivel real del baloncesto español y al de este grupo. Sólo dos júnior de oro siguen en el equipo. Fueron los pioneros, los que iniciaron esta epopeya.

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