Cavendish llega a lo grande

La Vuelta a España ya puede contar en su palmarés con Mark Cavendish, el hombre más rápido del mundo, un dato importante en una carrera que en la presente edición ya tenía nombres como los de Tyler Farrar, Alessandro Petacchi o Yauheni Hutarovich en su palmarés de ganadores.

Cavendish venció en un sprint que no existió, no al menos tal y como se concibe una llegada masiva. No hubo sprint porque el lanzador de Cavendish, Matthew Goss, un esprinter puro, entró muy fuerte en la última curva que había antes de la meta y dejó cortado al grupo, es decir, se quedaron los dos corredores del Columbia solos, lo que les permitió levantar los brazos antes de cruzar la línea de llegada.

Hubo unos instantes, décimas de segundo, en los que por la mente de Cavendish surgió una idea: dejarle ganar la etapa a Goss. No había margen y si lo hubiese hecho, ninguno de los habría conseguido el triunfo.

Un Cavendish muy alejado del que se está acostumbrado a ver en el Tour, logró dejar su sello en España. A los 24 años ha sido maillot rosa en el Giro, maillot rojo en la Vuelta a España, ha ganado una contrarreloj por equipos en el Giro y otra en la Vuelta, y también etapas en las tres grandes. Le faltaba un triunfo en la Vuelta y ya lo tiene.

En una temporada no muy buena para él, lleva ocho triunfos, cinco en el Tour. Con un carácter cambiante, nervioso en la carretera, lleva camino de batir un buen número de récords, para los que necesitará fortuna en las llegadas, no tener caídas, además de centrarse en su vida personal. Tenía ganar de levantar los brazos en la Vuelta. El abrazo que se dio con Goss al pasar la línea de meta explica su sentimiento.

Hoy, nuevo esprint en Burgos . La etapa de hoy apunta a un segundo sprint consecutivo antes de que la carrera encare el decisivo tríptico de alta montaña en Cantabria y Asturias. Serán 196 km entre Rincón de Soto y Burgos, después de un traslado de más de 250 km desde Lleida a la localidad riojana del campeón del mundo Fernando Llorente.