Nadal acaricia la final en el Abierto de EE. UU.

« Algunas personas tienen el talento de saber sacar o volear bien. Yo tengo el talento de saber competir». La frase que eligió Jim Courier, número 1 del Mundo en 1992 y ganador de cuatro títulos de Grand Sla-™, para describirse como jugador de tenis, ha sido perfeccionada por Rafa Nadal. Además de conservar su virtudes intactas -su gran poder de concentración, no dar una bola por perdida, rendir al máximo en los momentos claves del partido o una capacidad de sacrificio inmejorable-, Nadal ha mejorado, y mucho, su juego.

Si en las anteriores rondas fueron Feliciano, Simon, Istomin y Gabashvili los que sufrieron en sus carnes el progreso del mallorquín, este viernes el número uno del mundo fue el verdugo de su colega Fernando Verdasco, cabeza de serie número ocho del torneo. El pentacampeón de Roland Garros no dio opciones a su compatriota y consiguió el pase para las semifinales después de vencerle por 7-5, 6-3, 6-4 en un partido marcado por el fuerte viento que sopló en las pista rápida de Flushing Meadows.

El mallorquín luchará por una plaza en la final ante el ruso Mijail Youzhny, duodécimo cabeza de serie. De nuevo, Nadal llega al choque mucho más descansado que su rival, quien venció en un duro partido al suizo Stanislas Wawrinka por 3-6. 7-6 (7), 3-6, 6-3, 6-3. El español le ha ganado siete de los once partidos disputados. La otra semifinal enfrentará hoy a Federer con Djokovic.