Diario de León

ciclismo. varapalo en el pelotón español

Lo achaca al consumo de carne contaminada

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efe | madrid

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File tes de carne de vacuno española y una mínima presencia de clembuterol en su orina, incapaz por sí misma de mejorar el rendimiento, fueron los argumentos principales que ayer esgrimió el ciclista Alberto Contador para proclamar su inocencia por un presunto caso de dopaje en el pasado Tour. Contador, la UCI (Unión Ciclista Internacional) y el AMA (Agencia Mundial Antidopaje) hacía 37 días que guardaban con celo monacal la peor de las noticias para el último campeón del Tour. El prolongado y tormentoso silencio salió ayer a la luz a borbotones en su propia ciudad, en Pinto.

Durante 40 minutos, trató con profusión todas las preguntas, lloró y se estremeció por creerse «víctima de un sistema» y agradeció la difusión de su verdad. «Estoy triste y decepcionado, pero con la cabeza bien alta. Durante este casi mes y medio no se lo he contado ni a mi familia, para que no sufrieran», reconoció. Contador acudió puntual a una convocatoria sin precedentes: hasta 40 cámaras de televisión rodeaban la figura triste pero decidida del ciclista.

«Es importante que el mensaje sea claro y se difunda, no sólo para mí, sino también para el mundo del deporte y del ciclismo. Esto es más un problema social», advirtió Contador. «El problema parte de una muestra de orina que se hace el día 21 (julio) por la tarde, en la que aparecía una millonésima parte de clembuterol (0,5 nanogramos por mililitro)», relató Contador, quien dijo que la cantidad hallada en su orina «es tan pequeña que es imposible de ser suministrada».

El día 26 de agosto, ya como nuevo corredor del Saxo Bank, Contador se reunió con el grupo médico de la UCI (Lausana) y allí explicó su versión de los hechos. «Allí hablamos largo y tendido de cómo había sucedido todo. La propia UCI, delante de mí, afirmó que era una caso de contaminación alimenticia. Desde entonces, hemos estado en permanente conversación todo el tiempo, para llevar esto de la forma más correcta posible», subrayó.

Según su versión, el día 20 de julio José Luis López Cerrón (organizador de la Vuelta Castilla León), que se dirigía al Tour, le preguntó al cocinero del equipo si necesitaba alguna cosa. Éste le contestó que quizá «una buena carne». Cerrón -”prosiguió-” compró carne de vacuno en un comercio en Irún. «La tarde del día 20, un día antes del segundo día de descanso, esa carne se cocinó. Un día después, el segundo de descanso en el Tour, el ciclista se entrenó por la mañana y admitió que, después, volvió a comer esa carne. «En la mañana de ese mismo día pasé control sanguíneo y por la tarde, tres horas después de haber consumido esa carne, volví a pasar control, pero de orina. Ese día es cuando se detectó esa millonésima parte en mi orina», explicó.

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