Diario de León

INFRAESTRUCTURAS DEPORTIVAS. DE LO PROMETIDO A LA REALIDAD

La élite del Ceard es sólo uno

Manuel Martínez es el único atleta de relieve que figura entre los usuarios del Centro de Alto Rendimiento a pesar de que lleva tres meses abierto. El resto, atletas sin vitola de primer

Manolo Martínez, a las puertas del Ceard donde entrena.

Manolo Martínez, a las puertas del Ceard donde entrena.

León

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Sólo Manuel Martínez figura en la nómina de usuarios del Centro de Alto Rendimiento a pesar de que la instalación lleva tres meses abierta. El resto, atletas sin vitola de primera fila para rellenar un espacio infrautilizado cuya inversión ha supuesto 12 millones de euros.

El Ceard de León sólo cuenta con un atleta de élite en su nómina cuando la instalación fue diseñada para albergar a una cifra mucho más importante. ¿Dónde está el resto que desde el Consejo Superior de Deportes se anunciaba para la instalación leonesa cuyo coste de construcción alcanzó los 12 millones de euros? Hasta el momento y después de casi tres meses abierto, según fuentes relacionadas con el centro en cuestión, en su lista de usuarios sólo aparece Manuel Martínez. Y porque es leonés. Del resto nada se sabe. Se espera que Sergio Sánchez sea el siguiente. Quizás para encubrir la poca capacidad de la administración estatal deportiva para captar a deportistas de primer nivel. ¿Pero qué baremo utilizan para considerarlos de primer nivel, que compitan en pruebas nacionales o que dentro de estas logre resultados destacados, en este caso podios?

Manolo y el desierto. Así puede resumirse el panorama de una instalación que por eso de la falta de atletas de primera fila está abriendo sus brazos a otros de menor nivel para completar una lista inicial que apenas llega a los 50. Y de esos sólo el nombre del plusmarquista nacional de lanzamiento de peso conocido. Además, por si esto fuera poco la instalación presenta un panorama desalentador en cuanto a su utilización. Acercarse por ella es mirar unas pistas semidesiertas en las que encontrar a atletas entrenando es complicado. Al mediodía, por la tarde y poco más. Escasas horas para un Ceard que en su día y desde el CSD con Jaime Lissavetzsky a la cabeza se anunciaba con bombo y platillo como una instalación de referencia no sólo a nivel nacional, también mundial. Casi tres meses después de su inauguración sólo Manuel Martínez parece acogerse a esos cánones. Del resto..... quizás dentro de unos meses o nunca.

Se anuncian programas novedosos, entrenamientos para formar a jóvenes valores del atletismo, concentraciones nacionales..... Tantas cosas que aún son palabras. Hechos, más bien números, los que refleja el planning de trabajo: apenas medio centenar de atletas, de presumible calidad en todos los casos, pero sin la vitola de primeros espadas nacionales. Esa cifra está obligando a los responsables del centro a intentar captar nuevos estandartes deportivos que permitan el uso óptimo a un centro de alto rendimiento que precisamente, a pesar de nacer originariamente para el atletismo y en especial para la disciplina de lanzamientos, se ha visto obligado a abrir sus puertas y dependencias a otros deportes como la gimnasia rítmica. Por si esto fuera poco desde el CSD, apenas se ofrece información sobre el uso, presupuesto y, en resumen, funcionamiento diario así con proyectos de la instalación. Eso sí, muy cortesmente, la respuesta es: «Todo lo puede encontrar en la página web del Consejo Superior de Deportes o en su caso llamar al centro». Llamada que acaba con una respuesta similar de que, a partir del lunes 25 se informará sobre lo que convenga. ¿Al CSD o al ámbito de cualquier persona en general? Demasiado hermetismo a pesar de que en su día José Luis Rodríguez Zapatero inauguraba con todo boato la instalación anunció una transparencia notable a la hora de responder a lo que conlleva y genera este centro. Pero hasta hoy no se sabe ni con cuanto presupuesto cuenta al año, ni si el denominado Ceard de León (como aparece en los contenidos oficiales) es un Centro especializado de Alto Rendimiento de Atletismo sólo para este deporte (incluso aparece entre paréntesis para lanzamientos, algo que de ser estricto no se cumple, ni tampoco si fuera solamente para la disciplina atlética) y menos si se está trabajando en la búsqueda de estrellas mundiales, campeones nacionales o internacionales con los que dar lustre a una instalación con más continente que contenido.

En la actualidad, desde que la maquinaria del Ceard empezara a funcionar, en cierto modo a medio ritmo, en la instalación trabajan varios grupos empezando por el de lanzamientos con Carlos Burón a la cabeza y Manuel Martínez como integrante que abarca a nueve deportistas. A ellos se han unido otros dos, uno de vallas y otro de velocidad, que suman 14 atletas. Otros dos grupos en este caso de disciplinas combinadas, empezarán a utilizar el Ceard a lo largo de estos días una vez que se ha tramitado su solicitud y dado el visto bueno. Todos ellos suman cerca de la cincuentena a los que habría que añadir a Carolina Rodríguez y las gimnastas del Club Ritmo que tras varias gestiones y no poder entrenar en un lugar en condiciones lograban hacerse un hueco en la programación de entrenos del centro leonés.

Pero esa cifra es a todas luces insuficiente para una instalación cuya construcción ha tenido un desembolso de casi 12 millones de euros y que a pesar de tener como destino a atletas de alto rendimiento tenga posiblemente que reducir sus pretensiones para «llenar» su capacidad. Y eso puede beneficiar a los deportistas leoneses que en un primer momento veían como su opción para disfrutar de un recinto de primer nivel era reducida. Había que conseguir una serie de resultados para poder ser considerados adecuados al Ceard. Ahora, con una ocupación que apenas roza el 20 por ciento, la necesidad de captar atletas y en algún caso deportistas de otras disciplinas, es más que clara.

Y es que una instalación de ese elevado coste no puede permitirse un uso reducido. Pasar de ese casi 20 por ciento a al menos llegar al 80 es un objetivo, más bien una necesidad en la que los responsables del Centro de Alto Rendimiento de León están empleando buena parte de sus esfuerzos. Tal vez para intentar reducir la diferencia existente con otras instalaciones similares existentes en España como los de Palma de Mallorca y Valencia (ciclismo), Sevilla (remo y piragüismo), Granada (tiro olímpico) y vela (Santander). Los de Madrid, la Residencia Joaquín Blume también en la capital de España, San Cugat y Sierra Nevada quedan ya más lejos, quizás porque en su normativa se amplía la opción de ser utilizados no sólo a un deporte sino a un buen número de ellos.

Quizás hubiera sido más rentable y productivo en términos de utilización que, por ese coste de casi 12 millones de euros, se hubieran dirigido los caminos a un Centro de Alto Rendimiento sin más, en el que pudieran incluirse a deportistas de un buen número de especialidades. Mayor uso a buen seguro se le hubiera dado a la instalación leonesa.

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