Sólo Mou conoce la receta

L a historia del Real Madrid y el estadio de San Siro es la de un recuerdo de sinsabores y escarmientos que provocan el escozor de su afición. Además de las cinco derrotas y el empate que dicen las estadísticas de sus visitas al feudo rossonero hay que añadir los daños psicológicos provocados por la goleada que acabó con la exitosa trayectoria de la Quinta del Buitre en abril de 1989. Aunque han pasado una veintena de años y los madridistas tratan de olvidar aquella mala noche que supondría el final de una generación, la sensación de territorio hostil permanece. Desde entonces, el equipo blanco ha ganado tres copas de Europa y ha paseado su juego galáctico por el mundo pero no ha logrado acabar con la maldición que le recibe cada vez que visita la Via dei Piccolomini, 5.

Hoy (20.45 horas y televisado por Castilla y León 7) el club blanco se aferra a José Mourinho, el técnico seguro de sí mismo y obsesionado por los detalles que ha ganado tres veces a los rossoneri con el Inter (incluido un 4-0 en agosto de 2009) y que han trasladado su impronta al club de Florentino Pérez. El portugués sabe de la importancia simbólica de ciertas victorias y desea un triunfo a domicilio que les clasificaría a octavos de final por la vía directa y prepararía su imagen de favoritos para la fase de eliminatorias. Para ganar, Mourinho tendrá que impartir otra de sus lecciones, puesto que ninguno de sus jugadores puede aportar su experiencia ganadora en San Siro. Cristiano Ronaldo perdió 3-0 con el United en las semifinales de 2007, Mahamadou Diarra cayó 3-1 en los cuartos de final de 2004, mientras Xabi Alonso y Dudek tuvieron que remontar un 3-0 en la final de 2005 en campo neutral (Estambul). A su favor tiene la buena racha de un equipo que ha vencido en sus tres partidos europeos sin encajar un gol y que empató a su última visita a Milán con un tanto de Benzema.

El Milan vio cortada su buena racha con su derrota ante el Madrid (2-0) y perdió en el fin de semana con la Juve (1-2). El ambiente ha cambiado en la casa rojinegra con Ronaldinho criticando a sus compañeros, Robinho intermitente y el sueco Ibrahimovic más pendiente de su pasado en el Inter y el Barcelona. No obstante, los italianos se toman el partido como una vendetta que borre la mala imagen que dio hace quince días en Madrid. «Debemos hacer todo lo contrario a lo que hicimos en la ida en el Bernabéu; nos dominaron, estuvimos lentos y poco agresivos» ha dicho Ibrahimovic.

«Nos equivocamos demasiado, nos partimos y encajamos dos goles particulares, fortuitos» ha insistido su entrenador, Massimiliano Allegri.