Alonso se cuela entre los Red Bull

Fernando Alonso comenzó en buen tono en la última carrera del año. Terminó tercero en la última ronda del día (1.41.314), la segunda sesión de libres, que decretó el mejor tiempo de Lewis Hamilton (1.40:888). El español avanzó tres puestos respecto a la tanda matinal y se codeó con los registros de Hamilton y Vettel, primero y segundo. Estuvo por delante de Mark Webber, su rival australiano, que concluyó cuarto antes de la lucha por la pole.

El Ferrari de Massa se paró cuando quedaban unos minutos para concluir el entrenamiento.

Red Bull comenzó dominando en la final de Abu Dhabi. Lo hizo con Sebastian Vettel, el preferido, quien selló el mejor crono de la primera sesión de libres (1.42.760), por delante de Hamilton, Button, Webber, Kubica y Fernando Alonso. El español fue sexto, a cierta distancia del alemán (1.44.121).

Felipe Masa, con el otro Ferrari, terminó undécimo. Jaime Alguersuari concluyó decimosexto.

Los primeros entrenamientos se disputaron en seco. Lo que debería ser una obviedad tratándose de un desierto, no lo fue tanto porque una hora antes del comienzo cayó una tremenda tromba de agua en la zona. Auténtico chaparrón por sorpresa, de los que aparecen de trimestre en trimestre por aquí. Duró poco, apenas treinta minutos, y se secó rápidamente. Las altas temperaturas de Abu Dhabi lo propician.

Alonso resumió su estado de ánimo en tres palabras: «Tengo presión cero». Y abundó en el tema: «Todos los campeonatos son diferentes y todas las finales también. Estamos luchando contra el mejor coche que ha existido nunca en la historia de la Fórmula 1 y viendo un dominio que no se veía. Pero tengo otras ventajas: un equipo volcado en mí y con experiencia en estas finales. Ha luchado por trece de los últimos quince títulos»

Respecto a la pole , aseguró: «El sábado siempre es el día más difícil para nosotros. Tenemos que gestionar el rendimiento de los neumáticos blandos y hacer una vuelta perfecta. Aunque lo importante es el domingo. La clave del título es la primera vuelta del domingo».

La pregunta recorre el planeta Alonso y ningún síntoma invoca a una final. «Nada especial». «No, nada nuevo». «Como siempre, tranquilo», responden las voces autorizadas a contestar en su nombre. Fernando Alonso es un depredador de costumbres sencillas y en las 36 horas previas a su cita con la cima de la Fórmula 1, sólo un contenido resuena en su disco duro. Acabar segundo o primero en el imperial circuito de Abu Dhabi y sofocar el anuncio de fiesta de Red Bull. Calma para el español en el desierto arábigo. Llegó el martes por la noche procedente de Brasil y este viernes invoca a la «pole» desde la normalidad de espíritu. Aquí ha adaptado su organismo al reloj europeo (son tres horas más) y el sábado se levantará en torno a las 8.30 o las 9 locales.

Desayuno frugal. Un poco de fruta, napolitana o croissant al uso y un zumo de naranja. Estrés no va a tener. Puede ir andando desde el hotel Yas Marina al paddock de la F-1. No realizará ningún tipo de ejercicio físico: toda la carga de trabajo la completó el lunes en Brasil. Y antes de la tercera sesión de libres (14.00), reuniones con los ingenieros para la tanda.

De 17.00 a 18.00, sesenta minutos de conducción en el Ferrari con el motor de la carrera y lucha por la «pole» antes de dejar el coche en el parque cerrado, donde ya no se puede tocar hasta el domingo. Alonso no habrá tenido tiempo para comer. Uno de sus dos fisioterapeutas, Fabricio Borra o Edoaldo Bendinelli, le llevará un plato de pasta y fruta (su preferida es el plátano) al despacho donde analizará rendimientos y telemetrías con los ingenieros del equipo. Alonso tiene programado al segundo el fin de semana: en un bolsillo del pantalón lleva la agenda.

Y unos minutos antes de arrancar su bólido, realiza siempre la última parada: una visita al baño para evitar imprevistos.