Diario de León
León

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L a Cultural sigue atascada en su mala racha. No es capaz de enganchar dos victorias consecutivas y zozobra en la marejada de la Segunda División B. Puede acabar en naufragio, aunque algunos, que lo veían venir, hace tiempo que saltaron del barco y lo dejaron a la deriva. Ayer amarró un punto cuando el tiempo de descuento agonizaba, pero no es suficiente para encauzar el rumbo y devolver la ilusión a una ciudad que ha dejado de creer. Los aficionados no comulgan con ruedas de molino y son pocos, cada vez menos, los que acuden al Reino de León a ver a un equipo peleado consigo mismo.

Alberto Monteagudo vino con la vitola del buen juego y no ha querido desprenderse de ella. Hace bien. La Cultural domina, mima el cuero, pero no remata los partidos. Si continúa así al final salvará la categoría seguro, pero tampoco será suficiente. Plantilla y cuerpo técnico reman en la misma dirección, aunque a contracorriente.

Hace falta aire fresco, un nuevo equipo gestor que insufle oxígeno a un club con riesgo de no llegar a la orilla, que dé tranquilidad al entrenador y a los jugadores para que sólo piensen en lo deportivo. Hace falta confianza, la que nunca dio Profutle, plataforma ideada por Tejera y Santos Llamas para empujar al equipo a Segunda y después a Primera, según su propia versión. Todo acabó en los juzgados. Ambos debían pensar que esto iba a ser otro vergel, pero se confundieron. Y nos confundieron a todos porque nunca creyeron en el club, en sus posibilidades. Veían un negocio que nunca fue.

Ahora se habla del empresario Javier Baena Navalón. Quizá sea él quien cambie el traje a tanto desasosiego y estabilice a la Cultural y Deportiva Leonesa. Es un hombre de fútbol, ya es algo. Si viene para quedarse debe saber que la Cultural necesita de inversores porque no puede seguir instalada en las dependencias de la subvención. Suerte.

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