Los pecados de siempre
La Cultural cae ante el Athletic B víctima de sus errores en defensa después de adelantar Quique al equipo leonés
![El culturalista Cédric, a la izquierda, trata de cortar el balón que conduce el bilbaíno Saborit.](https://imagenes.diariodeleon.es/files/image_large/uploads/2024/01/19/65aaede736b42.jpeg)
El culturalista Cédric, a la izquierda, trata de cortar el balón que conduce el bilbaíno Saborit.
La Cultural tuvo la posibilidad de conseguir su primera victoria de la temporada fuera de su feudo, pero un exceso de confianza y conformismo provocó la séptima derrota de una temporada en la que no termina de arrancar. Y eso que tuvo el partido de cara desde sus inicios para haber logrado tres importantes puntos ante un buen filial que no ganaba en Lezama desde el pasado 3 de octubre. Pero el no aprovechar las escasas oportunidades de las que dispuso les corta una racha de tres partidos sin perder (llevaban siete puntos de los últimos nueve disputados) y ahora habrá que confirmar ante La Muela, que les ha superado en la clasificación, una recuperación que le permita abrir hueco con los puestos peligrosos de la clasificación (2-1).
Con un fuerte viento a favor, los de Alberto Monteagudo iban a aprovechar una inocente mano en el área de Bóveda para adelantarse en el marcador. Quique engañaba perfectamente a Aitor y el tanto abría una diferencia que se mantendría durante muchos minutos, aunque no supieron refrendarlo posteriormente y ésto les pasaría factura. Los cachorros, ahora con una doble lucha contra el marcador y el viento, intentaron responder con sus ganas y fútbol, pero la experiencia y el empaque del conjunto que tenían enfrente no les dejó muchas opciones. Y ni uno ni otro equipo querían romper el balón, sino tocarlo en corto y buscar al compañero desmarcado.
La Cultural, consciente de que los bilbaínos iban a sufrir un tremendo desgaste en su búsqueda de la portería de Diego Calzado, replegó velas ligeramente a la espera de aprovechar un despiste rojiblanco para sentenciar el partido. Presionaban en el centro del campo y muy serios también atrás, con Orlando por delante de la zaga, para bregar y colaborar en las ayudas; y Vergara en casi todos los balones que subían al ataque.
El Bilbao Athletic en esta primera mitad sólo llegó a las inmediaciones del área a balón parado; en dos saques de esquina y en la estrategia en los saques de falta. Aunque tuvo su oportunidad a la media hora de juego, cuando Diego Calzado se hizo un lío con la pelota y ésta se le escapó, y entre un barullo de piernas Guillermo Fernández lo enviaba a las mallas. Pero el línea entendió que el juvenil bilbaíno estaba más adelantado y anuló el tanto al entender que incurría en posición antirreglamentaria.
La salida del vestuario tras la reanudación pudo dejar el encuentro sentenciado a favor de los de León. Viola, con un remate de cabeza cruzado envió el esférico fuera y desperdició la única ocasión clara que iba a tener su conjunto en este periodo. Durante diez minutos todavía disfrutaron con el mando del encuentro, pero luego desaparecieron completamente y sólo pisaron su parcela. Los rojiblancos empezaron a embestir con fuerza y a lanzar balones al área, ya que ahora disfrutaban de la fuerza del viento a su favor y todo parecía cuestión de tiempo para conseguir el empate.
Y éste llegaría en una jugada de estrategia. El capitán Goñi tocaba lo justo y el mediocentro Cerrajería enviaba por encima de la barrera hacia el palo del portero, que se quedó a contrapié y sólo pudo certificar con su mirada el tanto del empate del cuadro local.
Y el más listo ayer, Goñi, encontró un balón al borde del área que no habían despejado los zagueros y empalmó una volea cruzada a la que no llegaría Calzado. No hubo fuerzas para la reacción y el escaso tiempo se consumió con inconexos intentos de acercarse a un solitario y tranquilo Aitor.