Una década de éxitos y sinsabores en más de media docena de equipos

Fernando López fue apodado Schuster cuando aún era un niño y jugaba en el Fuentesnuevas. Su melena rubia y su clase jugando como mediocentro o mediapunta le hicieron merecedor de ese sobrenombre. Salió de Ponferrada rumbo a la cantera del FC Barcelona cuando aún era cadete y pasó en la entidad de Arístides Maillol cuatro temporadas y media. Luego volvió a su tierra, militando en la Deportiva, con la que consiguió la permanencia en Segunda División B en el año de su regreso a la categoría. Con Club Gimnástic y Terrassa FC logró sendos ascensos a Segunda División A. Cuando se encontraba sin equipo, ya en el último lustro, el Atlético Bembibre le propuso enrolarse en sus filas y su buen hacer, aunque fuese en Tercera División, hizo que la Cultural Leonesa se fijase en él y lo acabase fichando, igual que hizo con Addison. De la Cultural pasó al CF Palencia, de donde salió mal. El club le apartó en su última temporada del equipo y tras denuncias de él y otros jugadores, Fernando se vio con la entidad morada en el juzgado, dándole éste la razón. Ahora Fernando ya ha colgado las botas y se prepara para abordar la vida laboral al margen de la práctica deportiva.