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TERTULIAS DE...lA TRASTIENDA DEL 13

«En tres años me veo en ACB y ojalá sea con León»

El entrenador de Baloncesto León, Javier de Grado, analiza el excelente momento por el que vive su equipo en la Liga

Georgino Fernández, Ángel Fraguas, Javier de Grado, Miguel Ángel Tranca y Sergio Cancelo Anuncibay.

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León

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La vida le sonríe. Porque el que siembra recoge y Javier de Grado, técnico de Baloncesto León lo ha hecho durante muchos años en el club de su vida. Con un plantel diseñado a base de milagros como él reconoce el cuarto puesto en la clasificación es la mejor tarjeta de presentación de un técnico cuyo sueño es llegar a la ACB. Eso sí, para quedarse. Claro y sincero ayer fue el protagonista de la primera Tertulia de La Trastienda del 13 organizada por Diario de León. El escenario no pudo ser mejor ni tampoco la atención de los rectores del establecimiento hostelero, entre los que se encuentra precisamente un ex futbolista, Edgar García.

La primera pregunta obligada es el gran rendimiento del equipo en este tramo de temporada: «Ha sido una sorpresa para casi todos, y además agradable. Y para los que estamos dentro una recompensa al trabajo que se ha hecho. Después de escuchar tantas cosas hace unos meses se ha demostrado que a veces los augurios no se corresponden con la realidad. Además, León se ha ganado el respeto de todos los rivales». Paso a paso, esa es la consigna de De Grado, cuyo reto de ascender a la máxima categoría no lo descarta. «Lo primero es asegurar la permanencia y estamos mucho más cerca. Luego habrá que pensar en el play-off y cuando lo tengamos asegurado en el ascenso. No voy a vender humo pero si por algo me caracterizo es porque no doy nunca nada por perdido. Ascender es muy complicado pero no imposible y vamos a intentar aprovechar al máximo las opciones que se nos presenten». Incluso el técnico aclara en voz alta que uno de sus sueños sería poder entrenar en la ACB, a ser posible con el club de sus amores. Y le pone fecha. «En tres años me veo en la ACB y ojalá sea con Baloncesto León. Eso sí, no para bajar de manera rápida y sin poder competir. De hacerlo sería par estar unos años». Y todo con una plantilla más nacional que nunca. «Es un orgullo contar con un plantel con la mitad de jugadores que se han formado en la cantera de los que cuatro son universitarios y con buen predicamento académico. Estoy orgulloso de ellos y del resto del equipo y como soy una parte del equipo estoy orgulloso de mí. Pero tampoco me gusta personalizar porque la clave está en el grupo. Todos son importantes y de que todo funcione depende de que se gane o se pierda. Yo soy una parte más de un engranaje que por ahora está funcionando muy bien».

Exigente consigo mismo de Grado también lo es con los jugadores: «Me duele mucho perder. Me gusta ganar y en este deporte profesional cuenta ganar. Por eso no concibo ir a un partido a perder. No concibo tampoco no darlo todo ni que alguien se dosifique. Eso es una filosofía que trato de inculcar día a día y a la que me aplico yo también. Sólo pienso en ganar y si es jugando bien, mucho mejor».

Transparente y buen tipo del que nadie puede decir que ha oído una mala palabra o un gesto de desprecio, De Grado tampoco guarda rencor a nadie, incluso con aquellos que especialmente en la primera temporada como entrenador pusieron en duda sus condiciones para dirigir a Baloncesto León. «Yo actúo en la pista, en los entrenamientos. En suma, en el día a día. Las críticas constructivas siempre son buenas. Mi línea de trabajo es la de hacerlo lo mejor posible y lo mejor que sé e intento no salirme de ello. Busco lo mejor para el club y el equipo. Por eso me mantengo al margen de lo que diga la gente, sino me volvería loco. Eso sí, no voy a negar que he tenido críticas y situaciones difíciles pero con esfuerzo y trabajo las he superado. Pero no soy tonto y no dudo que, ojalá me equivoque, los momentos difíciles van a llegar porque eso va en esta profesión donde se toman muchas decisiones y a veces también me equivoco».

De Grado no rehuye nada, ni la actualidad que marca el tema del dopaje: «En el baloncesto no he visto dóping. Porque además de lo físico existe el talento y eso no lo dan esas sustancias».