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PRIMERA DIVISIÓN

El Madrid sabe sufrir (1-0)

Los de Mourinho vencen por la mínima al Sevilla en un partido muy aburrido. Acaban el año a dos puntos del Barça

Luis Fabiano pelea un balón aéreo con los defensas del Real Madrid Sergio Ramos y Álvaro Arbeloa.

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roberto morales | madrid
León

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El Real Madrid conquistó ayer su triunfo más sufrido de la temporada en el Santiago Bernabéu (1-0) para mantener el pulso con el Barcelona, en un duelo repleto de sufrimiento ante un rocoso Sevilla, en el que pagó la baja de Xabi Alonso y que decidió un gol milagroso de Ángel Di María en inferioridad numérica.

La ausencia de Xabi Alonso era un duro trago de digerir por el Real Madrid. José Mourinho lo sabía y pidió el apoyo del Santiago Bernabéu. Hacía falta el aliento ante la pérdida de un jugador imprescindible.

La apuesta de Mourinho fue tan rocosa como la de Gregorio Manzano. El Sevilla planteó un muro con la dureza de Konko, Zokora y Romaric. Ante ellos, Lass Diarra y Khedira. El Sevilla tenía claro su partido. Inmerso en una sangría de derrotas, hasta cuatro consecutivas, no arriesgaría. Se armó en defensa y buscó a sus matadores , Luis Fabiano y Negredo.

Sólo llegaba el Real Madrid en acciones aisladas. Dos faltas lanzadas por Cristiano y detenidas por Palop. Un disparo lejano con potencia de Di María que sacó con apuros el meta sevillista, que jugó con el reloj en cada saque de puerta, incrementando el nerviosismo de la grada. Se trasladó al vestuario donde el cruce de insultos acabó en amago de enfrentamiento al descanso que acabó con el delegado madridista por el suelo.

A balón parado pudo marcar el Sevilla. A los 25 minutos un testarazo de Escudé rozó el palo izquierdo de Casillas. Al borde del descanso Carvalho frenaba con un agarrón a Negredo, la que se perfilaba acción más clara. Lo resolvió Clos Gómez con una amarilla. Sin fútbol, el encuentro se había trasladado al terreno de la lucha y la picardía. Y así nació el segundo acto. Con Özil en uno de esos días que desaparece y Cristiano Ronaldo extrañamente desenchufado, el Sevilla perdonó.

Tardó 61 minutos en reaccionar Mourinho, en dar entrada a un jugador con visión de juego y calidad en la medular como Esteban Granero. Quitó a Khedira en un doble cambio que fue un nuevo mensaje a su directiva. «Me falta un 9». Fuera un apático Benzema, dentro Pedro León y Cristiano como delantero centro, donde no le gusta jugar.

No dio tiempo a comprobar el cambio del Real Madrid, con dos toques de Granero con velocidad y precisión que sirvieron para ver que estaba en la buena línea, cuando tras un disparo arriba de Di María, el encuentro quedó condicionado. Un cabezazo de Carvalho a Negredo en un salto significó su segunda amarilla. Mourinho puso defensa de tres, pasó a Sergio Ramos y Arbeloa al centro, con laterales de largo recorrido 'Pedro León y Di María'. Era su apuesta. A Manzano le faltó reacción y mimbres en el banquillo para hacerlo.

Al siguiente arreón decidió la calidad de Di María. Se encontró un balón rechazado en el rival, para, escorado, no precipitarse, aguantar la salida de Palop, recortar y definir con precisión. Un gol que vale su peso en oro, que defendió con garra hasta el final el Real Madrid.

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