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Un año para recordar

La Deportiva acaba el 2010 con grandes retos por delante tras escribir durante los pasados meses una de las páginas más destacadas de su larga historia

Óscar de Paula, a la derecha, pelea por la posesión del balón en un lance del partido decisivo ante

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francisco otero | ponferrada
Ponferrada

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Finaliza un gran año para la Deportiva. El 2010 ya es parte de la historia del club blanquiazul, que ha vivido momentos inolvidables, muchos más que los sinsabores que le ha podido dejar. Si el 2006 tiene un sitio de honor reservado en la gran historia de la entidad, el 2010 también se escribe con letras de oro en la misma. Tres equipos de la entidad lograron ascensos brillantes, encabezados por la nave que guía el proyecto, la del primer conjunto deportivista. Después de dos intentos fallidos, a la tercera fue la vencida. Alicante y Real Jaén ya son pesadillas aminoradas por el triunfo logrado en el desempate de los penaltis ante el Sant Andreu. A la fecha del 25 de junio del 2006 y al zapatazo de Fran en el Rico Pérez ya le acompaña la del 23 de mayo del 2010 y la parada del penalti a cargo de Mackay, que se encumbró como otro héroe blanquiazul.

No ha sido un año fácil. A pesar de trabajo y la buena marcha del primer equipo, a finales del 2009 la Deportiva estaba a siete puntos del que fue su principal rival en la lucha por el ascenso. Las dudas en el entorno acompañaron mucho tiempo al equipo. Y eso que a mitad de enero la SD Ponferradina se subía a una primera posición que ya no apearía. Partidos como el jugado ante el Lugo, el de Éibar o el de Pontevedra son de los que hacen a uno sentirse orgulloso de sus colores, por mucho que el equipo esté en Segunda División B. Carlos Granero rompió récords que databan de mucho tiempo atrás: menos goles en contra, más partidos sin encajar, más puntos sumados-¦ ¡Hasta ganó en Lemona! La Deportiva se clasificó para el play off con más de un mes de margen y ganó la Liga con cuatro semanas de antelación y cuando todos los astros se alinearon en una estela blanca y azul. El gol de Óscar de Paula en Lemona y los resultados posteriores en otros campos hicieron que el equipo celebrase de una forma humilde y curiosa y con la única compañía de algunos medios de comunicación el título a la puerta de un hotel en Miranda de Ebro, donde había parado para cenar. Esa instantánea quedará en la retina de unos pocos privilegiados. Era el tercer título liguero en las últimas cinco presencias en Segunda División B. Pero hay más instantáneas para seguir escribiendo la historia. El citado título liguero le dio a la Deportiva la posibilidad de un reconocimiento por parte de hasta cuatro rivales, uno de ellos, la Cultural. La Deportiva, vestida de verde, vio cómo su máximo rival histórico le hacía el pasillo en campo leonés. El equipo berciano y su afición disfrutaron de ello y el culturalista, de la victoria, que le dejó la permanencia en el bolsillo.

La historia del play off la saben en Ponferrada hasta los más pequeños. La Deportiva, apoyada por más de 1.000 fieles en la otra punta de España, ganó 0-1 al Sant Andreu con un gol de Jonatan Valle, ese «loco bajito» que volvió en enero para lograr lo que no pudo un año antes: el ascenso con la Ponferradina. Así el cántabro se resarcía del penalti de Jaén.

Todo estaba preparado para que el partido de vuelta fuera una fiesta, pero el gol anotado por Nacho en propia puerta dio paso a la prórroga y tras ella, a los penaltis. Una interminable tanta en una tarde-noche de infarto y mucho calor llegaba a la novena ronda con empate a ocho. Candela adelantaba a la Deportiva y Mackay detenía el noveno del rival, lanzado paradójicamente por el ex blanquiazul Tarradellas. El estadio, atestado de gente como nunca, se vino abajo y Ponferrada fue una gran fiesta durante varios días. La Segunda División volvía a tener a la Deportiva entre sus inquilinos.

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