«Mi reto es hacer un equipo luchador y que conecte con la grada por darlo todo»

- Cuando Carlos Pollán le propuso hacerse cargo del Reale Ademar ¿cual fue su primera reacción?

-Fue decirle que no iba a pronunciarme hasta después del diez de enero cuando acabase la fase clasificación de la selección junior para el Mundial de Grecia. Pero también le comenté que podíamos tirar para adelante.

-¿Es su momento?

-Sí, tengo la sensación de que el momento ha llegado. Podía ser ahora o más tarde pero las cosas son como vienen y ahora he dado el paso.

-¿Que razones le llevaron a dar ese paso?

-Bueno (reflexiona un segundo) pues porque estamos hablando de entrenar en la Liga Asobal -la mejor del mundo junto a la alemana- en un equipo de los grandes, en mi equipo y en el equipo de mi casa. Entonces, con todo eso, es más difícil decir que sí que dar un no.

-¿Hubiese aceptado entrenar en la Asobal si la oferta no hubiese sido del Reale Ademar?

-No. (Rotundo y sin dudar un instante).

-¿Por qué?

-Sencillamente por mi planteamiento de la vida. Yo tengo montada la vida y el trabajo en León y ya está.

-Pero antes fue el entrenador durante algún tiempo de la selección de Estados Unidos...

-Fueron sólo dos meses y tuve muy claro que era una situación transitoria. Y luego acepté ser el seleccionador junior de España porque salvo en las concentraciones o campeonatos sigo haciendo mi vida normal en León.

-¿Cuáles son sus retos cuando a partir del próximo 31 de julio se haga cargo del banquillo.

-Por supuesto intentar mantener al equipo entre los grandes, que es donde está ahora, y conseguir un equipo luchador y que conecte con la grada porque la gente vea que lo dan todo en cada partido.

-¿Se ha perdido algo de ese famoso espíritu aguerrido del Ademar?

-Eso habría que preguntárselo a los aficionados. Yo nunca he silbado a nadie y apoyo al equipo siempre pero los que estamos en la grada vemos como juega en ocasiones. Yo he estado en ese banquillo como segundo y ha habido veces en que perdiendo nos han aplaudido.

-Cadenas marcó la época dorada del club con varios títulos y Ribera sumó la Copa Asobal. El listón está alto, ¿no?

-Por supuesto está muy alto, tanto como la exigencia del equipo que voy a entrenar. Esto es deporte pero los resultados dan o no credibilidad al trabajo y los que estamos dentro sabemos que hay que vivir con esa incertidumbre. Nuestra obligación es hacer el trabajo lo mejor que podamos, vaciarse en este proyecto y luego ojalá vengan los resultados. Los títulos están muy difíciles porque hay dos grandes, Barcelona y Ciudad Real con los que es muy complicado pelear por su potencial económico.

-Sobre todo, ¿en qué le gustaría que se notase su impronta?

-A todos los entrenadores nos gusta un balonmano parecido pero a mí me gusta especialmente cimentar el juego en una defensa sólida y muy activa que genere problemas a los atacantes. Y ahí es cuando se une la fase del juego siguiente que es le contraataque.

-Es decir, las señas de identidad del Ademar de siempre.

-Exacto.

-Hay ocho jugadores que acaban contrato. ¿Ha empezado ya a evaluar este capítulo?

-No pero sobre fichajes no voy a hablar nada porque pude interferir en el rendimiento del equi po actual. En todo caso, los interesados serán los primeros en conocer lo que atañe a su futuro.

-Ahora mismo es el mejor conocedor del balonmano juvenil. ¿Tiene ya en mente algún talento joven que pueda ingresar en la cantera ademarista?

-No, no tengo de momento ningún planteamiento de contar con otros jóvenes distintos a los de la cantera. Por suerte estamos muy bien surtidos en ese sentido.

-Hablando de la cantera. Hay gente con cualidades indudables como Cabanas, Goñi, Ugarte, Carrillo, Castro o Jaime González. ¿Tiene pensado subir a alguno al primer equipo?

-Es evidente que, a tenor de las dificultades económicas del balonmano, es algo que se puede plantear. Se puede tirar de los jugadores de la cantera pero para rendir necesitan madurar y entonces es algo que se valorará. A los jóvenes se les garantizará que van a trabajar muchísimo y si lo demuestran en los entrenamientos y se lo ganan, tendrán minutos y podrán participar en el primer equipo. Estamos en un momento en que hay que mirar a la cantera.

-Ha firmado por dos años, dejando abierta la puerta a su retorno a la Universidad. ¿Ese será todo su tiempo en los banquillos o puede haber una continuidad?

-Me lo pintas muy lejano. Primero tengo por delante estos seis meses como seleccionador nacional junior hasta el Campeonato del Mundo de Grecia en julio y el futuro ya se verá. Ahora sólo me planteo el presente.

-El balonmano actual está muy marcado por los problemas económicos, con varios e quipos en riesgo de desaparecer. ¿Cual será la situación de este deporte a corto plazo?

-Tenemos que aterrizar todos y saber que la situación económica influye en las posibilidades de incorporar jugadores. Ahora hay que buscar un perfil de jugador con calidad pero saber todos que no podemos hablar de jugadores estrellas.

-La última. ¿Qué le dijo su mujer cuando le dijo que tenía una oferta para entrenar al Ademar?

-Me dijo: «No sé a que esperas a coger el equipo de una vez».