León roza la excelencia (80-74)

Épica, gesta, heróica.... Cualquier apelativo califica a la perfección la faena que ayer firmó Baloncesto León frente al Breogán (80-74) y que le sirvió no sólo para sumar un nuevo triunfo, el catorce en lo que va de Liga y el noveno en casa, también para reivindicar su condición de grande por corazón y entrega en una temporada que se encamina a ser histórica. Y es que a falta de poco más de 14 minutos León parecía abocado a la derrota con 16 puntos abajo. Fue sólo una prueba de fuego que los de De Grado, ayer nuevamente perfecto como director de orquesta, fueron capaces de superar, especialmente en un último cuarto demoledor y espectacular.

Los locales eran conscientes que con el marcador a favor el transcurrir del choque podía serles más propicio. Y con el salto inicial se pusieron manos a la obra. Seawright fuye el primero en acertar con el aro lucense que respondía a la canasta del norteamericano con otra acción concluyente de su cinco Oliver Arteaga. El intercambio de golpes en forma de puntos dejaba en los primeros dos minutos un empate a seis que Seawright se encargaba de desnivelar en una acción de dos más uno. A seis minutos para cerrar la primera entrega los dde De Grado tuvieron en sus manos romper el partido. El 13-8 y posesión de balón así podía augurarlo. Pero Hayes lo impidió. León, con un Seawright esspectacular aguantaba el liderazgo en el electrónico. Eso a pesar de que en el rebote el Breogán, primero con Arteaga y lueego con Amador, ejercía cierta soberanía. A falta de poco más de tres minutos para cumplimentar los diez primeros los lucenses lograban por vez primera y desde el sarto inicial llevar las tablas al marcador (17-17) para luego alcanbzar cierta ventaja que el descanso se cifraba en seis puntos. Y ahí tuvo mucho que ver el paupérrimo porcentaje en los lanzamientos triples.

La segunda entrega vivía una primera acción visitante que dejaba las cosas en el 17-25. Y a partir de ahí un concierto de silbato desafinado de los colegiados que acabó por desquiciar a los leoneses que después de enjugar una desventaja que llegó a los 12 puntos (21-33 y 23-35) veían como una técnica cortaba de raiz su remontada. De siete puntos abajo se pasaba a los 11 en contra. Y lo peor, con Quezada con tres personales. Pero si de algo puede presumir Baloncesto León es de garra y con una grada entregada, los locales aguantaban el chaparrón. Eso sí, al descanso la renta desfavorable era peligrosa pero no imposible de enjugar (39-49).

Tras el paso por vestuarios León salió decidido a dar hasta la última gota por llevarse la victoria. Y nuevamente Seawright se elevó por encima de todos para dejar clara su jerarquía en la zona. Julio González también daba muestras de su clase anotamdo incluso sin fallo desde la línea de personal. El Breogán por su parte, se limitaba a sacar partido a su acierto desde la media distancia para evitar que su capacidad de maniobra se resintiera. Pero León ya estaba dando signos de que a poco que apretara en su juego el panorama podía cambiar de manera radical. A diez minutos para acabar el 55-63 atisbana lucha hasta el final. Los de De Grado habían salvado un momento crítico que llegó a situarles 16 puntos abajo.

Y a partir de ahí todo un festival de coraje. el 11-0 en los primeros compases del último periodo posibilitó que León, después de muchos minutos, lograra suituarse por delante en el electrónico. Pere Rodríguez, el técnico visitante, no daba crédito a la resurreción de un rival que parecía muerto pero que emergía con inusitada fuerza. El 66-63 lo decía todo. Seawright, Jorge García, Quezada, Calvo.... Todos sumaban mientras que al Breogán le empezaba a pesar el ambiente. A un minuto 77-71. Los locales estaban lanzados y la gesta fue otra vez el premio (80-74). Para gloria propia y el de su afición.