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El Atlético desespera (1-0)

Los rojiblancos vuelven a dejar constancia de sus carencias futbolísticas y se alejan de la tercera plaza

Barral cae en el área rival ante el defensa del Atlético de Madrid Antonio López.

Publicado por
manuel muñiz | gijón
León

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Un fallo defensivo de un pésimo Atlético dio ayer al Sporting (1-0) tres importantes puntos en un partido de muy poco juego pero sí de mucha emoción y sirve a los gijoneses para creer que la salvación es posible, tras sumar 7 de los últimos 9 puntos disputados.

La primera parte jugada por Sporting y Atlético de Madrid tiene un fácil resumen: nada de nada, ni una jugada que merezca ese nombre, ni un disparo a puerta, la mayor parte de futbolistas totalmente desaparecidos y los dos porteros como meros espectadores

Con todo, el dominio fue sportinguista ante un Atlético muy conservador que acumulaba muchos jugadores por detrás del balón lo que hacía que la mayor parte del juego se desarrollase en la parcela central, muy lejos de las respectivas porterías y sin ocasiones de peligro.

La primera apariencia de disparo a puerta llegó en el minuto 26 a cargo del brasileño Elías pero el balón se fue flojo y muy lejos de la portería, mientras que a esas alturas el Sporting ni tan siquiera podía ofrecer ese pobre balance.

El partido cambió totalmente a los 6 minutos de la segunda parte, en un mal entendimiento entre Raúl García y Perea, que tras haber robado un balón lo dejaron a pies de Barral, que no tuvo ningún problema para superar a De Gea con un disparo a bocajarro muy celebrado por los locales y que dejó completamente helados al resto de colchoneros.

El encuentro se animó bastante porque el Atlético de Madrid intentó el empate si bien es cierto que sin mucha ambición y el Sporting comenzó a creer en la victoria y se acercó con mayor peligro que en los primeros 45 minutos, con lo que el juego ganó en vistosidad si bien partía de niveles ínfimos.

Un rosario de cambios y algunas faltas hicieron que de los últimos 20 minutos se jugasen muy pocos, los suficientes para que Jorge, un futbolista que apenas dispone de minutos saltase al campo y en el primer balón que tocó sufriese una durísima entrada por parte de Fran Mérida que le obligó a retirarse propiciando el debut de André Castro. Nada cambió después.

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