Diario de León

Jesús Calleja

«Algún día subiré a la luna»

Hacer cumbre en el Everest, ponerse al volante de un coche en el rally más duro del mundo, el Dakar, o subir en globo son para este aventurero el pan nuestro de cada día. Lo imposible para él sí tiene cabida. Leonés practicante en

Calleja hace del mundo de la montaña un escenario más conocido.

Calleja hace del mundo de la montaña un escenario más conocido.

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M. Á. Tranca/Á. Fraguas | León
León

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Ha logrado en pocos años acercar el mundo de la aventura a millones de personas. Hablar de Jesús Calleja es por tanto hacerlo de un leonés que un día se echó la manta a la cabeza para perseguir un sueño que se ha convertido en una exitosa realidad. Apasionado como pocos de lo que hace ha convertido su vida en un reto, un desafío extremo como así ha titulado su proyecto en el que aparece desde el Everest hasta el Dakar. Porque para este leonés que ejerce en todos los rincones del mundo como tal, lo imposible no existe. Precisamente durante la próxima semana va a demostrarlo otra vez con el Festival Picos de Europa en el que reunirá a lo más granado del panorama mundial del alpinismo. Y además en su tierra, León.

-¿Se i maginaba hace unos pocos años cuando afrontaba sus primeros pasos en el proyecto Desafío Extremo que tiempo después iba a llegar tan lejos?

-Una cosa es la fantasía y otra la realidad. Yo soy muy tenaz. Cuando se me presenta un proyecto en la cabeza raras veces se me cuelga. Soy muy obsesivo. Por eso, cuando diseño un proyecto sé que lo voy a hacer. Que lo consiga o no es otra cosa. Que lo voy a intentar y luchar hasta el final para conseguirlo no cabe duda. Y al final salió. Y además lo llamé Desafío Extremo. Precisamente el origen de todo estuvo en el Diario de León que no dudó en apoyarme. Luego vino la Junta de Castilla y León con un mayor poder económico. Y así empezó a crecer para acabar en la televisión pero conservando su esencia, sus raíces con su nombre original, el que parimos precisamente en una sala del Diario de León.

-Siempre se ha dicho de usted que ese una persona perfeccionista, que no admite las cosas a medias.

-Creo que en la vida o por lo menos cuando yo hago un planteamiento de algo siempre tengo una premisa: «O lo haces bien a muy bien o no lo hagas». La mediocridad es algo que yo siempre he odiado mucho. No me valen las cosas a medias. La excelencia es muy difícil de conseguir. Pero siempre lo intentamos. Que no lo logramos, pues nos quedamos en el muy bien o bien, pero nunca en la mediocridad. Por eso este Festival, si el año pasado fue bueno, vamos a intentar que en su segunda edición sea mejor. Esa premisa es la que he buscado transmitir a mi equipo. Siempre que intentemos hacer algo que sea más y mejor. Creo que esto es un poco nuestra referencia. Por eso esta edición ha crecido exponencialmente tanto en actividades como en las personas que van a dar lustre a este Festival. Y el año que viene queremos hacerlo mejor, que haya más actividades y un mayor protagonismo para León. El objetivo es que el final se genere una pequeña industria entorno a este festival donde los leoneses se beneficien tanto en la hostelería, restaurantes, negocio... Que sea como una referencia igual que San Sebastián es en el cine.

-Esa premisa se cumple a rajatabla porque en este Festival Picos de Europa van a estar los mejores desde Edurne Pasaban a Simone Moro pasando por Wielicki y Houlding.

-Para nosotros es algo vital y a la vez el factor que tratamos de cuidar para que esta iniciativa no sea flor de un día o dos. Así, en el mundo de la montaña o la aventura puede haber un tipo buenísimo pero si no trae una película de gran calidad no va a estar. La parte audiovisual es fundamental porque es un festival de cine. Por eso estamos hablando que en esta edición, por ejemplo, se va a presentar en primicia la película de National Geographic sobre el Everest. Es importante que el espectador cuando se siente en su butaca vea una obra fantástica y que además estén los protagonistas. Siempre tiene que haber alguien que nos presente esa película. Es como si después de una película en la que actuara Angelina Jolie esta saliera al escenario. Pues para nosotros es lo mismo. Que después de cada proyección saliera al escenario la Angelina Jolie o el Brad Pitt de la montaña.

-E ste año ha buscado además que los que los espectadores que acudan al festival sean los que verdaderamente profesan esa pasión por la montaña.

-Después de la experiencia del año pasado que nos desbordó en cuanto a aforo pudiendo llenar incluso varios auditorios, en la presente edición hemos intentado que puedan presenciar las proyecciones las personas que verdaderamente estén interesadas y sepan de lo que va. Por eso hemos puesto un precio simbólico de cinco euros para cada sesión. Ese dinero además tiene como destino sufragar el concurso de películas de montaña rodadas en León.

-León como epicentro mundial de la montaña de la mano de Jesús Calleja. Eso demuestra que además de leonés de nacimiento lo es también de hechos logrando que su tierra pueda contar con un proyecto de primera fila internacional.

-Yo esto no lo hago por una cuestión de ego. No lo necesito. La fama ya la tengo. A mí no me apasiona la vertiente mediática. Lo hago de verdad, no hay otra explica ción, por amor a la tierra y a los leoneses. En una sociedad actual en la que todo tiende a centralizarse en grandes ciudades como Madrid y Barcelona y en las más pequeñas como puede ser León llegan las migajas de lo que nos van soltando quiero que en esta ocasión y en la medida de mis posibilidades ocurra todo lo contrario, que mi casa, León, se convierta en un referente en el mundo de la montaña. Y para ello utilizo como armas la fama, esa fama que he logrado para que se me abran las puertas de las instituciones y apuesten por este festival. Todo lo que pueda hacer por mi tierra, no cabe duda, voy a hacerlo

-¿Que aspectos destacaría de esta segunda edición del Festival Picos de Europa respecto a la precedente?

-Destacaría dos cosas. Primero, que en cuanto a plantel no hay una película superior a la que traemos. Esto es lo mejor del mundo. No hay otros trabajos mejores que se proyecten en otros países. Y la segunda es que le hemos dado mayor participación a los leoneses: la tirolina, el rocódromo, el concurso de rodaje, los trucos de cámara que enseñará mi amigo Valdés.

-Además, en este 2011 vuelve a repetir la fórmula del taller de video de Emilio Valdés, también como Calleja en la montaña, un referente mundial en materia de grabación.

-Es imposible que este festival no cuente con Emilio. Primero porque me acompaña a todos los sitios y es amigo mío de la pandilla a la vez que practica los mismos deportes. Y luego, y creo que con mayor importancia, porque es un cámara espectacular, una referencia mundial. Además ha conseguido ser en un profesión una persona a la última, un inventor nato. Por eso este curso que va a dar en León va a mostrar sus inventos, como hacer que una cámara no se fría a 60 grados en el desierto, rodar bajo el agua en el Amazonas.... Emilio es un tipo genial apreciado por todos en su profesión. Quitando los ochomiles en los que no hemos coincidido hacerlos juntos en gran medida porque en esto tengo una opinión, al ser un riesgo tan elevado no quiero en un reto donde la muerte está presente compartirla con un amigo y poder verlo incluso morir. Ahí siempre he decidido hacerlas todas.

-La aventura para Jesús Calleja no tiene límites. Prueba de ello es que este año, además de la montaña, quizás su principal hábitat y donde más le gusta estar, también ha probado con el Dakar. ¿Cómo ha sido su experiencia?.

-Ha sido increíble. Es una de las aventuras más espectaculares que existen en el planeta y yo no podía perdérmela. Además, me tocó una de las ediciones más duras de su historia. Por si fuera poco tuvo que arreglármelas con un coche con muchas goteras. Aunque fuera de marca, creo que no confiaron plenamente en mí y no era el más adecuado. Por eso, quieras que no, lo increíble fue que me quedara a tres o cuatro jornadas del final. Lo que aguantó ese coche no te puedes imaginar. Pero yo soy una persona tozuda y si no salió a la primera voy a intentar que lo haga a la segunda. Por eso el próximo año vamos a volver al Dakar y ya iré con las mismas condiciones que un piloto oficial. Con ello estoy seguro de que termino. Dentro de mi proyecto que inicié hace unos años, el Desafío Extremo, estaba concluir el Dakar y después de mi primera experiencia soy capaz de hacerlo. Peores cosas me he propuesto y ahí están conseguidas.

-En la misma edición usted vivió el Dakar desde dentro y luego, después del abandono, desde fuera pero dentro de la caravana. ¿Qué sensaciones deja?

-Que es una salvajada lo que los pilotos llegan a hacer. Cuando estamos dentro no somos conscientes de a las velocidades que vamos y cómo te la juegas continuamente. Es una competición muy exigente y dura. No voy a negar que es lo que más me gusta. A mí me apasiona la montaña. Pero el Dakar para cualquier persona que hace aventura y le apasionan los retos es un grandísimo desafío. En mi caso soy una rareza, el alpinista que hace ochomiles, que afronta travesías, que hace el Dakar, que va en moto... Esa es la gran diferencia con el resto de aventureros, que busco los retos en cualquier escenario.

-Hablando de retos. En todos estos años ha acumulado una amplia nómina. Pero, ¿le queda alguno por intentar?

-Me quedan muchos. Me hace ilusión ir al espacio. Algún día subiré a la luna. Existe un proyecto que tengo en la cabeza de turismo espacial que va a salir muy económico para dentro de año y pico. Estamos trabajando en ello para ver qué hacemos. De momento encontrar los medios para poder llevarlo a cabo. Sería además el broche de oro a nuestros desafíos.

-Supongo que para acometer todas estas hazañas tendrá que amar lo que hace.

-Creo que a cualquiera que le guste este mundo poder decir que se va a cualquier lugar del planeta para hacer un pedazo de aventura es un sueño. Es envidiable que pueda hacerlo. Que luego te paguen más o te paguen menos es secundario, lo importante es que pueda hacer esto.

-¿Y no le llega a cansar ?

-Te cansas y te agotas. Yo peso 59 kilos y estoy al límite siempre de lo que el cuerpo puede aguantar porque son nueve meses al año haciendo expediciones sin para r. Pero es tanto lo que me da y tanta la motivación que no quiero parar. No concibo otra vida que no sea esta. No me estresa, todo lo contrario.

-Además, otro de los alicientes para usted es el cariño que le profesa la gente.

-La gente siempre es encantadora. Hay que agradecer siempre que tu público cuando te ve por la calle te quiere saludar. Por eso nunca te debes enfadar con ellos, todo lo contrario. Además, en León siento un cariño especial. No doy cinco pasos sin que te den la enhorabuena.

-De todos sus retos, ¿con cual se quedaría?

-Son tantas sensaciones. Pero quizás destacaría el Everest. Es que el Everest fue muy especial.

-A punto de iniciar la segunda entrega del Festival. ¿Está trabajando ya en la tercera?

-Tenemos muchas i deas para seguir creciendo y que se convierta en una fuente de ingresos interesante para la ciudad. ¿Cómo se puede conseguir?. Si entorno a este festival, en dos o tres años, se erige en un escenario donde acuden los mejores pues entonces las empresas especializadas en la montaña y la aventura, que son muchas, puedan venir aquí a mostrar sus colecciones del año o que exista un intercambio de actividad audiovisual, que productoras venga aquí a ver material desconocido y también que pueda llevarse a cabo un intercambio entre productoras, televisiones y canales temáticos.

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