futbol. tercera división
Tropezar con la misma piedra (2-3)
El Atlético Bembibre vuelve a las andadas y cae en su feudo ante el Almazán, en un partido que pudo cambiar si Recamán no hubiera fallado un penalti
El Almazán de Soria se hizo con la victoria ante el Atlético Bembibre (2-3) gracias al mal juego de los rojiblancos sobre todo en la primera mitad donde dejaron pronta de su comodidad en la tabla clasificatoria.
El partido comenzó con un juego trepidante a pesar del estado del terreno de juego, siendo un continuo de ocasiones para uno y otro bando, pero el marcador no se movería hasta el minuto 33 donde una jugada que venía precedida de un fuera de juego iba a valerle al equipo visitante para hacerse con el primer gol de la tarde; Jesús, dentro del área, se revuelve ante sus marcadores y bate a Ivanildo tras pegar el balón en el poste.
Tocaba remontada en la reanudación, como ya viene siendo habitual para el cuadro local, y nada más comenzar el colegiado señala el punto fatídico por falta de Eredia a Emilio Recamán. El propio delantero se encarga de tirarlo pero su lanzamiento es detenido por el portero soriano.
Poco más tarde, y para colmo de los jugadores de Ministro, el Almazán ponía tierra de por medio con un golazo de Sánchez desde el medio campo; vio adelantado al portero Ivanildo y el balón se fue a alojar en el medio de la portería. A pesar de ello los rojiblancos empezaron a jugar como debían haberlo hecho desde el principio, es decir por las bandas, y por ahí llegaría todo el peligro de las jugadas que acabarían en gol.
Fran ponía el 1-2 en el minuto 60 desde la frontal con un disparo duro y cruzado y Emilio Recamán, tras un centro de Cubero, remataba al fondo de la red el empate hasta ese momento. Con todo a favor los locales no supieron mantener el esférico y en otra jugada aislada, Quintana, tras recibir de López, bate a Ivanildo de tiro cruzado.
Resultado que no es justo porque el Bembibre tuvo más claras oportunidades para marcar pero el Almazán aprovechó las suyas para doblegar a un Bembibre que estaba jugando demasiado a sus anchas. Este traspiés fue muy sentido por el entrenador local, Fernando Ministro, que abroncó a sus jugadores en el descanso y a la finalización del encuentro.