Victoria de alta escuela
León luce su mejor versión para doblegar a un Cáceres en declive. Seawright y Quezada lideran a un plantel que en diez minutos sentenciaba el pulso y con ello asegura el factor cancha en el play-off
El triunfo sabe mejor si se consig ue ofreciendo espectáculo. León asumió esa premisa para matar dos pájaros de un tiro frente al Cáceres (75-65) al que doblegó de manera contundente en un pulso en el que los de De Grado también sellaron de manera matemática el factor cancha para el play-off de ascenso.
Los locales sabían lo que se jugaban y pronto aplicaron su mejor receta para que el partido transitara por un camino proclive. Ni la canasta inicial de un ex como Antelo afectó a su moral. Y menos cuando sus dos grandes argumentos, la defensa y la eficacia ante el aro, empezaron a desmoronar el muro extremeño. Seawright campaba a sus anchas superando una y otra vez a Mc Coy, Bernabé hacía lo propio en la dirección del juego con Mediano y por si esto fuera poco Manny Quezada destapaba el tarro de las esencias con un recital ofensivo que obligaba a Aranzana a solicitar tiempo muerto apenas consumidos cuatro minutos y medio. El 16-8 lo decía todo.
Pero ni por esas. León seguía a lo suyo. Ni los cambios variaron una dinámica ganadora que iba elevando la renta a su favor. A 3-™23 los locales doblaban ya en el electrónico al Cáceres (21-10). Aranzana buscó con la entrada de Humphrey, aún renqueante de su lesión, reconducir un panorama que se tornaba ciertamente desalentador para los intereses extremeños. Pero ni por esas. La segunda falta de Seawright tampoco debilitó el juego interior local que a pesar de sumar menos rebotes sí aplicaba mayores dosis de consistencia y acierto. Seawright y Fontet estaban haciendo mucho daño. Y más un Quezada que con 11 puntos martilleaba un aro que engullía el balón una vez tras otra. Después de diez minutos los de De Grado ya viajaban con un zurrón de 17 puntos de margen (29-12). Restaban 30 minutos pero la película pintaba bien para León que ejercía de actor principal frente a un caricato Cáceres al que mantenía con respiración asistida los puntos de Antelo y Mc Coy.
La máquina leonesa mantuvo en los diez minutos siguientes un ritmo frenético que le permitía dominar sin agobios a un enemigo con un potencial notable pero sólo sobre el papel. En la pista más bien nada. Cinco puntos consecutivos de Quezada elevaban a 20 la renta en apenas un minuto. En los cinco siguientes los locales hicieron aún más grande la herida (40-16 a 6-™10 para el descanso). Ahí los extremeños se dieron cuenta que o reaccionaban o todo estaba perdido. Con un 0-13 de parcial a su favor el Cáceres tomaba aire (40-29). Quezada con un dos más uno y Fontet borraron de un plumazo cualquier atisbo de euforia para los de Aranzana con el 45-29. A partir de ahí intercambio de golpes en los que León se mostró más certero (47-33).
Defensa y velocidad en las transiciones. La receta no había caducado en el bolsillo de los locales que en un visto y no visto volvían a cobrar un colchón de 20 puntos consumidos apenas cinco minutos de la tercera entrega. Eso sí, el esfuerzo para mantener a raya a los visitantes era mayor. En cierta medida porque en el Cáceres aparecía un Xavier acertado que junto a Mc Coy dejaban la contienda con un 66-54 a falta de un cuarto. La barrera de los diez puntos era el seguro de vida para los locales. A falta de cinco minutos el 70-61 comprimía la situación. El riesgo estaba ahí pero hubiera sido injusto y cruel que los visitantes remontaran el vuelo. León sabía que todo dependía de él. A un minuto para el final Julio situaba el 74-61. Todo estaba decidido. Sólo quedaba definir el marcador final. Antes el canterano Mezo dispuso de un minuto de gloria sobre la pista.