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El sueño de la Copa también se esfuma (30-28)

El Barça impone su pegada ante un Reale Ademar que en una semana ha dicho adiós a Europa y ahora a la Copa del Rey

Carlos Ruesga consigue zafarse de la pegajosa defensa del pivote francés Sorhaindo y encara la meta

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l. blanco | vigo
León

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El Reale Ademar se despidió en los cuartos de final de la Copa del Rey al perder ante al Barcelona, en uno de los mejores partidos de todo el campeonato. Los leoneses lucharon hasta el instante final, pero les faltó fuerza para conseguir su objetivo y cometieron errores en momentos puntuales que ante un equipo del potencial del Barcelona equivale a una prácticamente una sentencia como así ocurrió al final del encuentro.

El Barcelona no lo tuvo fácil. Se vio obligado a estar siempre atento. La reedición de la final de la Copa del Rey del año pasado terminó con idéntico resultado, el triunfo del Barcelona. El sueco Johan Sjostrand y Vicente Álamo, los porteros de ambos equipos, fueron los protagonistas de una primera parte caracterizada por el buen juego de ambos equipos que saltaron al parqué sin concesiones y a llevarse el partido.

El Reale Ademar dio una lección de como se juega en velocidad, con contragolpes que dejaron muchas veces en evidencia a la defensa de su rival. Vicente Alamo se encargó de aumentar su prestigio deportivo. Sus paradas resultaron determinantes para que sus compañeros leyeran perfectamente el partido. Lanzamiento del Barcelona, parada del portero y en centésimas de segundo se plantaban delante de Sjostrand.

Así durante muchos minutos. Ambos porteros no sacaron una nota de sobresaliente, ya que sus porcentajes de paradas en este primer periodo no superaron el 40 por ciento. Pero las figuras de ambos se engrandecieron. En la pista, los dos equipos demostraron que son de los mejores del campeonato. El Ademar lo tuvo claro. Derrochó velocidad, eligió con mejor precisión sus jugadas en estático y ejecutó lanzamientos de calidad que terminaron en goles. El Barcelona se mostró inseguro durante muchos minutos y no se encontró cómodo. Pero a pesar de ello, la formación catalana dominaba el marcador y dejaba poco margen para el error. La calidad de su plantilla es inmensa.

En medio de exclusiones rigurosas, sobre todo en el Ademar, y con un gran desgaste físico por parte de ambos equipos, el primero periodo se saldó con una mínima ventaja para el Barcelona por 15-14. Si se atiende bien a este dato, se podrá comprobar como la igualdad fue una de las notas más importantes. Igualdad en el marcador, ya que en la pista ambos optaron por caminos diferentes. El Ademar León por la velocidad y el Barcelona por intentar marcar el ritmo del encuentro.

Y ese guión se mantuvo tras el descanso. Pero resultaba evidente de que no se podía aguantar el alto ritmo de juego. Así que el Ademar León diseñó otro plan. Apostó por ser más intenso y estático en sus ataques, por mantener más tiempo las posesiones y provocar los errores de su rival. Su táctica le salió bien, aunque parcialmente. Siguió arrimado a su rival en el marcador, en una lucha intensa y cargada de ilusión. Pero al Barcelona le bastaba algunas veces por apretar los dientes y volver a marcar más diferencias.

Los porteros ya no tuvieron tanto protagonismo. A pesar de ello, se debe destacar la actuación de ambos. En este duelo particular, el Ademar de León también perdió, pero por escaso margen.

El encuentro dejó lecciones tácticas, apuestas diferentes, planteamientos interesantes y giros variados en la forma de caminar hacia la victoria. El Ademar León se quedó cerca de conseguir su objetivo, quizás porque le faltó también creer en sus propias posibilidades. Pero su imagen deportiva no quedó dañada. Le plantó cara al vigente campeón, lo mismo que había realizado en Antequera en la pasada edición de la Copa del Rey. Y lo mismo que sucediera en la final de Altea en 2007.

El Ademar León que dejó Vigo con honor, rabia y resignación. Le faltó fuelle para frenar a uno de los grandes favoritos a imponerse en la actual Copa del Rey el próximo domingo.